Más flexibilidad en los autobuses

tussam fotoEl Ayuntamiento de Sevilla aprobó el pasado viernes 7 de febrero una modificación del reglamento de Tussam, el cual estaba vigente desde el año 2008. La nueva normativa, que ha tenido en cuenta algunas de las sugerencias de los usuarios, afecta principalmente a los padres que tienen niños pequeños, y tiene un carácter más flexible. No en vano, cada autobús podrá transportar tres carritos de bebé desplegados, cuando hasta ahora el límite era de uno por vehículo. De igual modo, las sillas para gemelos, que estaban terminantemente prohibidas, podrán ser subidas a los autobuses sin problemas.

Eso sí, todos y cada uno de los carritos y portabebés deberán poseer sus correspondientes arnés y demás mecanismos de seguridad. De igual modo, deberán ser colocados forzosamente en la ubicación habilitada para tal efecto, situada en el centro de la plataforma. Asimismo, durante el trayecto será obligatorio activar el bloqueo de ruedas para evitar desplazamientos innecesarios a la par que peligrosos.

Por otro lado, las personas que se consideran inseparables de sus animales de compañía también están de enhorabuena, ya que de ahora en adelante podrán viajar con ellos siempre y cuando cumplan determinados requisitos. Éstos tienen que ver con el tamaño de las mascotas, que tendrán que ser pequeños, y al método de transporte, pues sólo podrán acceder al interior en jaulas o contenedores especializados con unas dimensiones máximas. Finalmente, la reforma otorgará al personal de Tussam la potestad de retirar a los a los pasajeros la tarjeta de viaje si aprecia indicios de falsificación o uso fraudulento. 

La fauna dominical de la Alfalfa

Es muy difícil, por no decir imposible, resumir la historia de la Plaza de la Alfalfa en un texto conciso sin obviar detalles importantes, pero partiendo de esta premisa inicial, podemos establecer como fecha clave el año 1820, que es cuando fue derribado el edificio de las Carnicerías de Sevilla, lugar en el que se realizaban las matanzas y se almacenaba la carne. Su desaparición provocó que una pequeña plaza que estaba en sus cercanías se extendiera hacia su terreno y el Ayuntamiento decidió aprovechar ese espacio para instalar allí el mercado de compra-venta de animales vivos. Anteriormente estaba ubicado en el barrio de Triana, pero las autoridades consideraron que era demasiado peligroso que tanta gente cruzara el puente de barcas para acudir a él.

 

De esta forma, desde 1852 hasta hace tan solo unos años, la Plaza de la Alfalfa se convirtió en el mejor sitio de Sevilla para adquirir mascotas. Originalmente predominaban los pájaros (palomas, canarios, jilgueros…) y las aves de corral, pero ya en las últimas décadas la oferta se fue ampliando hasta los perros, gatos, peces, tortugas, etc. Las transacciones se realizaban siempre siguiendo un mismo patrón: el vendedor fijaba un precio, el comprador intentaba regatearle ofreciendo una cantidad menor y finalmente llegaban a un acuerdo tras ceder ambas partes en sus pretensiones. Su popularidad fue claramente en aumento y conseguía reunir a personas de todas las clases sociales, desde los más adinerados hasta los más humildes pasando por los burgueses.

 

Hay que reseñar que el mercado siempre fue ambulante y nunca permanente, es decir, aparecía con las primeras luces del domingo y el lunes ya no había ni rastro de él. De no haber aparecido brotes de gripe aviar, es muy posible que siguiera operando en el mismo sitio, pero en el año 2005 la Unión Europea prohibió la concentración de aves en espacios públicos con la idea de evitar una pandemia. En un principio iba a ser un cierre temporal, pero hay quien piensa que el Ayuntamiento encontró la excusa perfecta para extinguirlo definitivamente tras las quejas de los vecinos por el ruido que ocasionaba. Hubo un intento infructuoso de trasladarlo a La Cartuja, pero lo que los melancólicos desean es que aquella inconfundible fauna dominical regrese a su sitio, a la Plaza de la Alfalfa.

 

Dar de comer a animales en la calle se multará con 500 euros

palomasLa nueva ordenanza recoge sanciones por las molestias que generen las mascotas.

Ir con una bolsa de pan para alimentar a palomas en la calle o colocar los restos del almuerzo sobre una hoja de periódico para que coman los gatos del barrio puede salir bastante caro a partir de la próxima primavera, en concreto por 500 euros. Ésta es la cuantía de la sanción, y es que la nueva ordenanza de animales que ultima el Ayuntamiento de Sevilla considera que esta acción es una falta leve que, eso sí, si se reitera puede llegar a convertir en grave, con lo que ya estaríamos hablando de palabras mayores de hasta 2.000 euros.¿Y por qué multar al que da de comer a los animales, que para muchos no deja de ser una buena acción?

 

Pues porque esta comida atrae a otros visitantes no tan bien recibidos (roedores, insectos…) y porque la cuestión en concreto de las palomas está derivando en un auténtico conflicto vecinal en barrios como el Fontanal o San Martín de Porres. Allí las aves ya son legión, con todo lo que esto supone: problemas con los excrementos, exceso de ruidos, daños en edificios, presencia de insectos…Teniendo en cuenta que una colonia de palomas puede duplicarse en sólo un año si tiene alimento suficiente, y que encima muchas de las de Sevilla presentan problemas de salud, con esta medida lo que se pretende es empezar a controlar de una vez por todas una población de la que ahora se desconoce hasta su número, pero sí se sabe que es excesivo. Para ello, la nueva ordenanza recoge un artículo que prohíbe expresamente depositar alimentos que puedan atraer a animales indeseados, aunque con dos matices: se permitirá dar de comer en determinados espacios públicos siempre y cuando no sean desperdicios, así que se va a poder seguir dándole arvejones a las palomas en la Plaza de América, algo que por cierto con la actual ordenanza municipal (de 1990) en la mano es sancionable.El texto ya redactado por la Delegación de Salud y Consumo, que dirige Teresa Florido (PSOE), se va a distribuir ahora por otras áreas municipales para que hagan sus indicaciones, todo ello con la intención de llevarlo al Pleno municipal de febrero para su aprobación inicial. Tras el periodo de alegaciones, el objetivo es que el visto bueno definitivo llegue ya en primavera, en el Pleno de abril.Sin sanciones. La clave a partir de ese momento es que se aplique de verdad, algo que en la práctica no se ha hecho con la ordenanza que ahora se jubila porque de hecho nunca se ha multado. Aquí el objetivo de Salud y Consumo es conseguir la aplicación de servicios municipales clave como la Policía Local y Lipasam. «Es fundamental que se sancione, porque si no apaga y vámonos, por ello es fundamental el compromiso de otras delegaciones municipales», admite Teresa Florido.Porque desde luego, lo que más llama la atención de la nueva norma es que las sanciones se elevan muy considerablemente: de 75 a 500 euros las leves, hasta 2.000 las graves y hasta 30.000 las muy graves. La ordenanza vigente fijaba las multas en un máximo de 150 euros, y en el caso concreto de alimentar a animales en la vía pública no pasaban de los 35 euros, aunque siempre recordando que en más de 20 años no se ha sancionado ni una sola vez por esta cuestión.Entre el resto de cuestiones incluidas en la nueva norma destacan algunas a tener muy en cuenta por los dueños de mascotas domésticas, principalmente perros: se considera una sanción leve no recoger de manera «inmediata» los excrementos (una cuestión que ya se sanciona), pero por primera vez se recoge que es denunciable la «perturbación por parte de animales de la tranquilidad y del descanso» de los ciudadanos. Es decir, que si el perro de su vecino no le deja dormir ahora tiene base legal para denunciarlo, otra cosa es la guerra vecinal que podría desencadenar esto porque las denuncias no pueden ser anónimas.Buena parte del texto se detiene en el control de especies peligrosas, y cuenta también con artículos para frenar el maltrato animal. Con todo, Teresa Florido considera que se ha cerrado una ordenanza «buena porque es moderna y muy completa», una tarea para la que se han analizado las normas que se aplican en ciudades españolas y europeas.

 

Fuente: http://www.elcorreoweb.es/sevilla/112930/dar/comer/animales/calle/multara/euros