Cuando uno piensa en un palacio andaluz, se le viene a la mente la Casa de Pilatos. Por orden de los fundadores de la Casa de Alcalá (Pedro Enríquez de Quiñones y Catalina de Ribera), empezó a construirse en 1483 sobre unos solares que habían sido confiscados por la Inquisición, pero es necesario subrayar que fue uno de sus hijos, Fadrique Enríquez, quien más tuvo que ver en su estructura final. No en vano, a principios del siglo XVI realizó un viaje que le hizo atravesar toda Italia para conocer Jerusalén, quedándose prendado del arte renacentista por el camino. Y por esta razón, cuando regresó a Sevilla, quiso combinar el estilo mudéjar con el que le había maravillado en tierras transalpinas.
El resultado fue un conjunto arquitectónico majestuoso que ya desprende galantería desde el mismo portal, fabricado en mármol y traído directamente desde Génova. El patio tiene elementos
sevillanos, como es el caso de la fuente que está situada justo en el centro, pero también góticos (la balaustrada), musulmanes (azulejos y arcos ‘desordenados’), renacentistas (dos estatuas que representan a la diosa Minerva y veinticuatro bustos de emperadores que le observan)… sin olvidar los dos refinados jardines. En la planta superior destacan sobremanera las pinturas, de autores de renombre como Francisco Pacheco, Francisco de Goya, Lucas Jordán, Giuseppe Recco, y la capilla, repleta de manuscritos y otras antigüedades de interés.
Si nunca fue el hogar del prefecto de Judea (aunque a buen seguro que le habría gustado), ¿por qué se llama Casa de Pilatos? Durante su peregrinación a Tierra Santa, Fadrique hizo algunas mediciones (en pasos) y comprobó que la distancia entre las ruinas del pretorio de Jerusalén (donde vivía Poncio Pilato) y el monte Gólgota (donde crucificaron a Jesucristo) era exactamente la misma que había entre su casa y el Templete de la Cruz del Campo, de ahí que instaurara un Vía Crucis en este recorrido. Según algunos entendidos en la materia, este pudo ser el germen de la Semana Santa de Sevilla que conocemos actualmente.
Como datos anecdóticos adicionales, cabe reseñar que los Duques de Medinaceli residen en el palacio, pese a que sigue abierto al público y ha servido como escenario para películas de gran éxito, tales como ‘Lawrence de Arabia’, ‘1492: La conquista del paraíso’, ‘El reino de los cielos’ y ‘Knight and Day’.