Quien haya visitado el centro de Sevilla en los últimos días habrá comprobado de primera mano que la iluminación navideña es muy diferente a la de otros años. Ya no sólo por el diseño, gracias a los novedosos decorativos tridimensionales de mimbre, sino también por el tiempo que ya lleva funcionando (desde el pasado 2 de diciembre) y por el incremento en la cantidad de luces instaladas. Así, de las 65 calles y plazas alumbradas el pasado año se ha pasado a 112, y aunque resulte paradójico, la inversión pública ha sido menor que en anteriores ejercicios. La clave está en que de los 400.000 euros que han sido necesarios para iluminar el casco histórico, 150.000 los ha aportado una empresa (Rendelsur) y otro pico importante ha corrido a cargo de la Asociación de Comerciantes del Centro.
De esta manera, se puede decir sin miedo al error que Sevilla ha recortado su presupuesto para las fiestas navideñas valiéndose de la financiación privada y sin ver mermada la calidad. Las demás ciudades andaluzas, salvo Málaga, también han tenido que apretarse el cinturón, y en algunos municipios se van a producir situaciones singulares, como es el caso de Benalup (Cádiz), donde los tres Reyes Magos tendrán que apiñarse en una sola carroza el día de la cabalgata. En la capital hispalense no se llegará ni mucho menos a ese extremo e incluso habrá algunos estrenos, como es el caso de la iluminación artística que embellecerá a la Giralda el 5 de enero. Además, a partir del
próximo viernes 16 de diciembre, se proyectará un gran espectáculo audiovisual sobre la fachada del consistorio en la Plaza de San Francisco.
No cabe la menor duda de que todas estas medidas impulsadas por el Ayuntamiento están encaminadas a revitalizar el comercio del casco antiguo y, de momento, van consiguiendo los objetivos previstos. Tanto es así que los comerciantes estiman que las ventas han aumentado un 35% con respecto al año pasado y esa buena e inesperada noticia en tiempos de crisis se debe al buen tiempo, a la celebración de la Davis, a las mejoras en el transporte urbano y cómo no, a la llamativa iluminación navideña, que está sirviendo como reclamo para que muchísimos sevillanos tengan un motivo más para acudir al centro y hacer lo que siempre se ha hecho por estas fechas: ver belenes, visitar iglesias, comer castañas asadas, y sobre todo, comprar regalos para los seres queridos.