El fantasma de Sor Úrsula

Allí donde muere gente a diario siempre se generan historias macabras y el Hospital de las Cinco Llagas, por muy buen servicio que ofreciera, no es ninguna excepción. Más si cabe teniendo en cuenta que en siglos pasados la mente humana estaba mucho más abierta que ahora para creer en fenómenos sobrenaturales. Por todo ello, con relativa frecuencia, pacientes y familiares hablaban de apariciones espectrales, ruidos extraños (rápidas pisadas, gritos de pánico, sollozos de niños recién nacidos), etcétera. Los difusos protagonistas eran soldados que habían sufrido graves heridas en la batalla, mujeres que perdieron la vida al dar a luz, víctimas jóvenes de una cruel epidemia y, en resumidas cuentas, todo tipo de personas con un trágico final que contar.

Hubo denuncias por escrito e investigaciones formales, pero, como suele ser habitual en estos casos, nunca se llegó a demostrar nada. Aun así, la intranquilidad no se evaporó y algunos vigilantes de seguridad, tanto en el pasado más lejano como en el no tan lejano, se negaron a hacer las rondas en solitario ante el temor de ser abducidos. Ya en tiempos más recientes, el propio Plácido Fernández Viagas, antiguo presidente de la Junta de Andalucía, reconoció haber vivido una experiencia paranormal dentro del edificio, lo cual deja a las claras que no estamos ante unos testimonios aislados, independientemente de que se crea en la parapsicología o no.

De entre todos los fenómenos que presuntamente se dieron en el Hospital de las Cinco Llagas, hubo uno a mediados del siglo XVIII que cobró especial relevancia. Se trataba de la aparición del fantasma de Sor Úrsula, una monja que había trabajado previamente allí y que no había dejado precisamente un buen recuerdo entre los enfermos debido a su carácter despiadado, huraño e insensible. Tras fallecer, comenzó a manifestarse por las noches en los pasillos, vestida con un hábito antiguo y portando un manojo de llaves en el cinto. A diferencia de otros episodios, el espectro de la religiosa no fue visto por una persona ni por dos, sino por decenas, aunque la racionalidad siempre ha encontrado argumentos para tratar de explicar lo aparentemente inexplicable.

Giralda TV retransmitirá en directo la beatificación de Madre María de la Purísima

Madre María Purísima  Habrá un amplia cobertura durante todo el sábado desde las 07.30 horas hasta la recogida de la Macarena.La Televisión Municipal de Sevilla, Giralda TV, se vuelca con la beatificación de Madre María de la Purísima, un acto que va a congregar a 70.000 personas en el Estadio Olímpico de la Cartuja. Para este importante evento religioso, la televisión pública sevillana ha preparado una amplia cobertura que abarca desde las 07.30 horas (cuando se abran las puertas del recinto) hasta la finalización del evento, en torno a las 13.00 horas.Durante toda la mañana se cubrirá el acto litúrgico en sí, que dará comienzo a las 10.00 horas con la llegada del Arzobispo Prefecto de la Congregación para la causa de los Santos, Angelo Amato, pero además se ofrecerán al principio imágenes en directo de la llegada de la Macarena al estadio hasta su colocación en el altar de la ceremonia, combinándolas con imágenes grabadas de la noche anterior con el recorrido de ida hacia el Alamillo.A las 09.00 horas Giralda TV estrenará el documental ‘La Santidad en una sonrisa. De María Isabel a Madre María de la Purísima’, que narra la vida y personalidad de la nueva beata.InternetToda la retransmisión de Giralda Tv se podrá seguir en todo el mundo a través de Internet, y en los portales de El Correo de Andalucía,Diario de Sevilla, la web de la Macarena  y en la propia web de Madre María de la Purísima .

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Santa Ángela de la Cruz

Santa Ángela de la CruzÁngela Guerrero González, Sor Ángela de la Cruz, Madre de los pobres, nació el 30 de enero de 1846 en Sevilla en el seno de una familia sencilla. Sus padres, Francisco Guerrero y Josefa González, tuvieron catorce hijos, pero sólo seis llegaron a mayores de edad a causa de la terrible mortalidad infantil de la época.Sus padres eran los cocineros del Convento de los Padres Teatinos de Sevilla. Su padre murió pronto. Sin embargo la madre llegara a ver la obra de su hija, y las Hermanitas de la Cruz la llamaran con el dulce nombre de «la abuelita».Se dice que un día, siendo aun muy pequeña, desapareció y todos la buscaron. Todos menos su madre que enseguida adivinó donde estaba: en la iglesia. Allí la encontraron rezando y recorriendo los altares.Por carecer de recursos, apenas puede aprender a leer y escribir. Ángela, que crecía en un piadoso ambiente familiar, pronto daría cumplidas pruebas de bondad natural. Ya de joven, nadie osaba hablar mal o pronunciar blasfemias en su presencia. Si hablaban algo menos puro, al verla llegar, decían, cambiando de conversación: «Callad, que viene Angelita».Ángela necesita trabajar desde los doce años para ayudar a su familia, cuando apenas ha tenido ocasión de asistir a la escuela: en el taller de calzado de doña Antonia Maldonado, en la calle del Huevo, trabajó durante algún tiempo como zapatera. Dña. Antonia estaba encantada de ella y exhortaba a las demás a que la imitaran. Hacia rezar el rosario y rendían mas que antes.El Padre Torres Padilla era muy amigo de la familia donde trabajaba como zapatera. Le habían hablado de la maravilla de aquella joven.De 1862 a 1865, Ángela, que asombra por sus virtudes a cuantos la conocen, reparte su jornada entre su casa, el taller, las iglesias donde reza y los hogares pobres que visita.

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