De las mulas a las catenarias

Aunque a los más bisoños les cueste creerlo, la historia del tranvía en Sevilla no comenzó con la implantación del Metrocentro. De hecho, hace más de un siglo ya existía uno que recorría el centro de la ciudad gracias a la fuerza bruta de las mulas. Si un ciudadano de nuestro mundo pudiera retroceder en el tiempo y montarse en él, a buen seguro que se desesperaría con su escasa velocidad y su limitada capacidad (menos de 20 pasajeros), pero en aquel momento era un medio de transporte que causaba furor, pese a los múltiples accidentes en los que se vio envuelto. Con los años fue perfeccionándose y los avances en mecánica permitieron suprimir a los animales y ampliar la red a muchos barrios de la capital e, incluso, a algunos pueblos de los alrededores.

Pero de aquello ya no queda prácticamente nada. Los únicos vestigios que se conservan son las huellas que dejaron los raíles en calles adoquinadas y unos cuantos vagones que se exponen de vez en cuando en la sede de Tussam. ¿Y qué fue lo que motivó la desaparición del tranvía? La irrupción del autobús, que ofrecía un servicio más cómodo, seguro, veloz y económico, al menos, en cuanto a mantenimiento. Durante algún tiempo convivieron y compitieron, pero la balanza se terminó decantando del vehículo más moderno a principios de los sesenta. No obstante, el recuerdo de aquel viejo y carismático tranvía nunca murió, de ahí que el Ayuntamiento recuperara la idea del ferrocarril urbano en la última década.

Así fue como vio la luz en 2007 el Metrocentro, no exento de polémica. De hecho, recibió muchas críticas por el impacto visual que ocasionaron las catenarias, la cortedad de su recorrido y el descarrilamiento que se produjo a los pocos días de su inauguración. Sin embargo, poco y a poco y sin hacer demasiado ruido, se ha ido consolidándose como la segunda línea que traslada a más viajeros dentro de la enorme flota de Tussam (casi cinco millones al año). Aunque a día de hoy sólo va desde San Bernardo hasta Plaza Nueva, está previsto que en el futuro llegue hasta la Puerta Osario y tenga tres estaciones intermedias: Magdalena, Campana y Encarnación.