Protección para el Cid

La leyenda del Cid Campeador narra las andanzas de un caballero castellano que llegó a dominar casi todo el Levante español en el siglo XI. Se llamaba Rodrigo Díaz de Vivar y su nombre evoca tenacidad, valentía, constancia y vigorosidad. Todos esas cualidades ya quedaron de manifiesto en el célebre cantar que popularizó la frase de “Sangre, sudor y lágrimas, el Cid cabalga” y trataron de materializarse en distintas estatuas repartidas por todo el mundo (Nueva York, San Diego, Buenos Aires, Valencia, Burgos, Sevilla…).

La de nuestra ciudad descansa en la avenida que lleva su mismo nombre y está ubicada justamente entre la antigua Fábrica de Tabacos y los Jardines del Prado de San Sebastián. Fue fabricada en bronce y donada por la escultora estadounidense Anna Huntington con motivo de la celebración de la Exposición Universal de 1929. Aquí se le conoce coloquialmente como ‘El Caballo’ y en una de las partes de su pedestal se puede leer una cita del historiador musulmán Ben Bassam que dice así: “El Campeador, firme calamidad para el Islam, fue por la viril firmeza de su carácter y por su heroica energía uno de los grandes milagros del creador”.

Lamentablemente, el respeto que le profesaban al Cid hasta sus propios enemigos no ha servido como ejemplo para algunos de nuestros coetáneos. Tanto es así que la estatua de Sevilla ha acaparado páginas de periódicos en los últimos días debido a la restauración a la que será sometida, la cual incluirá un tratamiento ‘antigraffitis’. Así las cosas, se espera que cuando concluyan las tareas de reparación, que tendrán un presupuesto de 40.000 euros, el Cid Campeador estará bien protegido y los ‘artistas’ que ensucian las obras de los demás con botes de spray y otro tipo de sustancias indecorosas lo tendrán más difícil para entretenerse.

El salto de calidad de Fibes

El Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, más conocido cono Fibes, fue diseñado por el arquitecto Antonio Sáseta Velázquez e inaugurado en 1989. Desde entonces, sus 50.000 metros cuadrados de extensión repartidos entre pabellones y zonas exteriores han acogido eventos culturales y empresariales de gran relevancia y diversa índole, tales como mítines políticos, ferias de muestras, convenciones, congresos, espectáculos… Incluso llegó a albergar una cumbre de la Unión Europea. Si bien su éxito ha sido incuestionable, en 2009 las autoridades llegaron a la conclusión de que tenía potencial para dar más de sí.

 

 
Fue por esta razón por la que se iniciaron las obras para su ampliación, con un presupuesto de 80 millones de euros. La principal novedad es la incorporación de un espectacular auditorio con capacidad para 3.557 espectadores, el cual se ha convertido de la noche a la mañana en el edificio cubierto más grande de España. El proyecto, liderado por Guillermo Vázquez Consuegra, ha sufrido algunos retrasos, pero el 4 de septiembre será estrenado con la celebración conjunta del 37º Congreso Europeo de la Federación de Sociedades Europeas de Bioquímica y del 22º Congreso Internacional de la Unión Internacional de Bioquímica y Biología Molecular.

 

 
Y es que la dirección de Fibes ha apostado fuerte por el sector médico-científico y la prueba que lo demuestra es que seguidamente acogerá también importantes congresos de dermatología, pediatría y cardiología. Según estimaciones oficiales, esos cinco primeros eventos mencionados se traducirán en un volumen de negocios de 17 millones de euros en la ciudad gracias a las pernoctaciones, el uso de los transportes públicos, la hostelería, etc. Pero no todo será académico. De hecho, ya hablábamos en un artículo anterior sobre el musical de ‘La Bella y la Bestia’ que se representará en diciembre y hace escasos días también se hizo público que el grupo Fito y Fitipaldis actuará allí el 27 de octubre. Con esta programación y la que está por venir, se puede afirmar sin miedo al error que Fibes dará un salto de calidad.

San Pedro vuelve a divisar el cielo

Después de varios meses de minuciosos trabajos, los andamios han desaparecido por completo y la imponente torre de la parroquia de San Pedro ya mira al cielo de forma natural. Hablamos de una torre con mucha solera, la más alta de Sevilla después de la Giralda, de ahí que preservar su estado de salud sea una prioridad para los feligreses. Han sido precisamente ellos quienes han sufragado las obras, llevadas a cabo bajo la supervisión del arquitecto José María Navarro y del arquéologo Florentino Pozo. Los casi 50.000 euros invertidos han permitido acabar con la frondosa vegetación que se había formado por la interacción de las aves, las cuales traían semillas consigo y producían abono. Todo ello provocaba importantes filtraciones de agua y el resquebrajamiento de la madera y del resto de los materiales. Así mismo, se ha aprovechado la ocasión para reforzar la veleta e instalar un pararrayos.

Esta es la quinta restauración que se realiza en la templo desde que se construyera en el siglo XIV. La primera de ellas fue a colación del célebre terremoto de Lisboa acaecido en 1755, que también se dejó notar en la capital hispalense. Posteriormente, en 1929 se efectuaron más labores de mantenimiento, mientras que en 1992 se colocaron los azulejos, al margen de otras tareas. Y más recientemente, en 2011 se arreglaron las campanas y la techumbre de esta sobria, magna y elegante parroquia que consta dos portadas: la principal, que está situada en la calle Santa Ángela de la Cruz y es atribuida a Vermondo, y la secundaria, que desemboca en la Plaza de San Pedro, fue realizada por Martín Cardino y contiene una estatua de su titular.

Es imposible no relacionar a la Parroquia de San Pedro con las imágenes que descansan en su interior, entre las que destacan la del Cristo de Burgos y la de la Virgen Madre de Dios de la Palma, que procesionan el Miércoles Santo por las calles de Sevilla. La parroquia también es sede de la Hermandad de Gloria de Nuestra Señora del Pilar y de la Hermandad Sacramental de San Pedro. Como dato anecdótico, cabe destacar que en esta iglesia fue bautizado el pintor Diego Velázquez. De hecho, se conserva su partida de bautismo y en 1899 el Ayuntamiento colocó una lápida para conmemorar este acontecimiento.

Santa Catalina pide auxilio

El 3 de junio se cumplirán ocho años del cierre de la Iglesia de Santa Catalina debido a su delicado estado de conservación y aún no se ha iniciado el ansiado proceso de restauración. El abandono por parte de las autoridades competentes ha provocado que una plataforma ciudadana haya propuesto convertir temporalmente el exterior del templo en una especie de muro de lamentaciones, con la idea de dejar constancia del malestar de los fieles, cuyo objetivo no es buscar un culpable, sino encontrar una solución lo antes posible. Y es que Santa Catalina no es una iglesia cualquiera. De hecho, en 1912 fue declarada Monumento Nacional y esa distinción no se concede todos los días.

También es sede canónica de las hermandades de la Exaltación, de la Virgen del Carmen y del Rosario, y de Santa Lucía, y legado de varios estilos arquitectónicos que dejaron su sello en la capital hispalense. Fue construida en el siglo XIV sobre las ruinas de una antigua mezquita que sólo mantuvo partes del mihrab y del alminar de su torre. Pese a los cambios que ha sufrido a lo largo del tiempo, entre los que se incluyen el traslado de la fachada de la desaparecida iglesia de Santa Lucía a su portal, se puede decir que el edificio desprende un aroma de autenticidad difícil de describir, merced a una armónica combinación del gótico con el mudéjar. Sería una pérdida irreparable que tal valor patrimonial se esfumara con un derrumbamiento, pero esta posibilidad es tan indeseada como factible.

Los últimos informes dejaron bien claro que los pilares están cediendo y los cimientos empiezan a tambalearse. Ahora la pelota está en el tejado del Arzobispado de Sevilla (propietario), del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía, que se comprometieron verbalmente a coordinar la financiación. Mientras tanto, bajo la advocación de Santa Catalina de Alejandría, la mártir que fue capaz de convertir al cristianismo a los más sabios de su época y que por ello fue decapitada, y el respaldo de los feligreses y de la sociedad sevillana en general, el templo pide a gritos auxilio.

La rareza de ser moderno y antiguo a la vez

Si el Alfonso XIII fuese un hotel al uso, hoy no estaríamos hablando de él. Lo que le diferencia de los demás no son sus estrellas, sus lujosas estancias, el precio por pasar una noche o sus comodidades, sino su historia. Basta con decir que su propiedad es municipal (la explotación corre a cargo de una cadena) y que ofrece visitas guiadas a los colegios para darnos cuenta de que no estamos ante un hotel como otro cualquiera. Al igual que otros monumentos emblemáticos de Sevilla, tuvo su origen en la Exposición Universal de 1927 y fue obra del arquitecto José Espiau. Su construcción costó cuatro millones de pesetas y aunque hoy esa cantidad parezca nimia, en aquel momento supuso el diez por ciento del presupuesto total de la muestra internacional.

Reducir su estética a una sola corriente artística sería un error. A grandes rasgos bebe del estilo árabe, concretamente del neomudéjar, pero también tiene elementos característicos del regionalismo andaluz. Los entendidos dicen que el gran mérito de su belleza exterior es que es capaz de impresionar con materiales relativamente modestos, tales como la cerámica, el barro o el ladrillo. El interior es otro cantar, ya que la pomposidad está garantizada con techos de madera, suelos de mármol, imponentes arcos y columnas, suntuosas lámparas, refinadas alfombras, vistosos azulejos y un patio paradisiaco. Sus puertas reabrieron la semana pasada después de diez meses de intensas obras que han permitido modernizar los sistemas de agua, electricidad y aire acondicionado, y perfeccionar más aún la decoración. Aunque, eso sí, la esencia permanece impoluta.

Es digno de reseñar que el hotel fue inaugurado el 28 de abril de 1929 con un banquete presidido por el rey Alfonso XIII que sirvió para celebrar el casamiento de su sobrina preferida, la Infanta Isabel Alfonsa, con el Conde Juan Zamoyski. Curiosamente, el trono en el que sentó el monarca aquel día aún se conserva. Y es que, originalmente, el hotel fue ideado para acoger exclusivamente a la realeza y a la aristocracia europea. Tras el paréntesis que marcaron la II República, en el que pasó a llamarse ‘Hotel Andalucía Palace’, y la Guerra Civil, recobró su protagonismo y con el paso de las décadas fue ampliando su clientela a políticos de renombre, deportistas de élite, estrellas de cine, empresarios de éxito, cantantes… y ciudadanos de a pie. En la actualidad, gracias a sus estrictas políticas de privacidad e intimidad, tiene la posibilidad de seguir cobijando a personalidades públicas sin que sus otros huéspedes se enteren.

Luz verde a la Ciudad de la Imagen

¿Se imaginan un espacio de más de 300.000 metros cuadrados destinados exclusivamente a empresas de comunicación, radio, televisión e  internet en Sevilla? Pues bien, aunque todavía sólo es un proyecto, ya cuenta con la aprobación oficial del Ayuntamiento y si nada se tuerce, será una realidad a partir de 2014. La idea, promovida por el equipo Monteseirín y retomada por el de Zoido, consiste en aglutinar en la capital a todo el sector, que hasta el momento ha estado desperdigado en las afueras, y crear una sede unificada que no tardaría mucho en convertirse en un referente regional y nacional.

El proyecto, que ha sido bautizado con el nombre de ‘Ciudad de la Imagen’, estará ubicado en el Higuerón Sur, es decir, en la zona colindante con Pino Montano y el área norte del Torneo Parque Empresarial. Las obras tendrán un presupuesto de más de 15 millones de euros, comenzarán este mismo verano y debido al impacto que tendrán una vez finalizadas, será necesario también realizar un desdoble en la carretera Sevilla-Brenes para mejorar los accesos y la circulación. Asimismo, los responsables ya han anunciado que, en aras de complementar el entorno, se han reservado distintas parcelas para parques, complejos deportivos, equipamiento cultural y zonas lucrativas, comerciales y de almacenaje.

En cualquier caso, lo más significativo de esta noticia es que la Ciudad de la Imagen creará actividad económica en Sevilla antes, durante y después de su puesta en funcionamiento. De hecho, se estima que generará 750 puestos de trabajo mientras se lleven a cabo las tareas de construcción y una cifra similar cuando concluyan. Por tanto, será un balón de oxígeno para periodistas, publicistas, productores, comunicólogos, técnicos audiovisuales y otros profesionales que podrían tener cabida en este nuevo perímetro que, sin duda alguna, favorecerá el crecimiento de la ciudad en términos financieros.

Un teatro onírico

Cuando se dice que Sevilla “tiene mucho arte”, la frase no sólo hace referencia a la simpatía de su gente, sino también al hecho de que esta ciudad ha sido cuna de grandes artistas y parada obligatoria para los genios que no nacieron aquí. Así pues, no es de extrañar que en la capital hispalense coexistan tantos teatros de calidad: Central, Quintero, La Cuadra, Lope de Vega, La Fundición, Alameda, Maestranza, etc. Hoy hablaremos de éste último, ya que está considerado uno de los mejores teatros vanguardistas de España. Su construcción partió de un concurso convocado 1986 por la Diputación de Sevilla, que era la propietaria del solar, con la idea de crear un centro cultural polivalente que fuese capaz de albergar eventos de diversa índole.

El proyecto ganador, el de Aurelio del Pozo y Luis Marín, tuvo bastante consideración con el pasado de la zona y permitió conservar la fachada del antiguo edificio del Cuartel de la Real Maestranza de Artillería que se ubicaba allí mismo, y esa es la explicación de por qué el teatro adoptó ese nombre. Las obras, que tuvieron un presupuesto de 1.600 millones de las antiguas pesetas, se prolongaron durante varios años y dieron como resultado un hermoso edificio cilíndrico con capacidad para 1.800 espectadores. El 2 de mayo de 1991 fue inaugurado por la Reina Sofía y sólo unos días después se celebró el primer espectáculo: un espectacular concierto de ópera que reunió nada más y nada menos que a Jaime Aragall, Teresa Berganza, Montserrat Caballé, José Carreras, Plácido Domingo, Alfredo Kraus, Pedro Lavirgen, Pilar Lorengar y Juan Pons. O lo que es lo mismo, la crème de la crème.

Gracia a su acústica regulable, el recinto puede acoger representaciones teatrales, de flamenco, ballet, zarzuelas, ópera, música clásica… En resumen, todo lo que nuestros sentidos más refinados pueden imaginar y soñar. Y todo ello, sin olvidar que es sede de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Hay que decir también que el Teatro de la Maestranza le debe mucho a su privilegiada ubicación. Y es que, habiendo sido levantado en un barrio tan carismático como El Arenal y teniendo ‘vecinos’ tan prestigiosos como la Plaza de Toros, la Catedral, el Real Alcázar, la Torre del Oro y el río Guadalquivir, el éxito estaba prácticamente garantizado.

Visitar Virtualmente los teatros:

La Justicia busca su sitio

Al margen de la efectividad del actual sistema punitivo, que es algo que se cuestiona ahora mismo en todo el conjunto de España, en Sevilla existe además otro debate paralelo que es el de a dónde irá a parar la famosa Ciudad de la Justicia. Hay dos opciones muy claras: mantenerla en El Prado y remodelar a fondo las instalaciones existentes, o trasladarla a Los Gordales. El Consistorio, comandado por Juan Ignacio Zoido, es partidario de la primera vía siempre y cuando sea compatible con el Metro, mientras que la Junta de Andalucía prefiere la mudanza para disponer de más espacio. De hecho, el gobierno autonómico ya cedió un amplio solar al equipo de Monteseirín para que se edificaran allí dos nuevos edificios. Pero de momento, las divergencias impiden que se coloquen los primeros ladrillos.

Entre una cosa y otra, el proyecto lleva atascado más de doce años, un tiempo que se antoja desproporcionado se mire por donde se mire, y lo peor de todo es que no hay visos de que pueda desbloquearse a corto plazo. Es más, en estos momentos todo está a expensas de que se emitan los informes técnicos que determinarán si la línea 3 del Metro a su paso por El Prado es compatible con sus obras al incluir dependencias en el subsuelo. Una vez se conozcan los resultados, el debate continuará a buen seguro, porque aún quedaría por despejar la incógnita de quién y cómo se financiará un proyecto de tal envergadura. Por no hablar de la tercera ubicación alternativa, Buen Aire, de la que poco se habla pero que ni mucho menos está descartada.

Lo cierto y verdad es que los argumentos de ambas partes tienen su porción de lógica. Por un lado, seguir en El Prado es lo que desean los profesionales sector y con las nuevas obras, mejorarían sensiblemente las comunicaciones, se solucionaría el problema de los aparcamientos y se seguiría poniendo en valor el legado de 1929. Pero el traslado a Los Gordales también tendría sus beneficios. El más importante sería el de contar con un sitio más amplio, cómodo y completamente nuevo, sin olvidar que sus tareas de construcción generarían menos controversia. Sea como fuere, habrá que esperar para conocer el desenlace de esta historia y es más que probable que este asunto sea uno de los más recurrentes en las próximas elecciones autonómicas.

El estirón de Los Remedios

Este barrio sevillano tomó su nombre del Convento Carmelita de los Remedios, que estaba ubicado junto a la ribera del Guadalquivir. Su huerta era muy extensa y ocupaba los terrenos del Real de la Feria y los de Tablada. Como se suele decir coloquialmente, “aquello todo era campo” hasta 1920, momento en el que se acordó urbanizar la zona. Como no había ningún PGOU que lo regulase, la ciudad creció de forma desordenada hacia ese lado y en 1937 empezaron a entregarse las primeras viviendas, principalmente, a militares y funcionarios. Unos años más tarde, empezaron a tomar forma las dos grandes arterias del barrio,  la Avenida de la República Argentina y la calle Asunción, y el barrio fue bautizado como ‘Obra Nacional’.

Fue poblándose tan rápidamente y adquiriendo tal relevancia, que nadie cayó en la cuenta de que las zonas verdes brillaban por su ausencia. Por suerte, hubo tiempo de enmendarlo y en 1973 se construyó el Parque de los Príncipes, en honor a Don Juan Carlos y Doña Sofía, que por aquel entonces aún no reinaban en España. Casi al mismo tiempo, también fueron levantados los grandes edificios que darían al barrio su fisonomía actual, entre ellos, la Torre de los Remedios, uno de los más altos de la ciudad y de los de mayor volumen de negocios.  Y como no podía ser República ArgentinaXXde otra forma, a mayor número de habitantes, más necesidades y más poder de atracción.

Así se explica que se cimentara un nuevo puente (el del Generalísimo, hoy Puente de Los Remedios) para descongestionar el que ya existía (el de San Telmo), que la Plaza de Cuba tomara la forma que hoy conocemos, que se construyera una parroquia con una cripta para más de 700 personas, que se trasladaran hasta allí la Real Fábrica de Tabacos y la Feria de Abril, etc. Hoy día, el barrio de Los Remedios es un pulmón comercial, tiene unos 25.000 habitantes y es uno de los más importantes de Sevilla pese a que sólo tiene unos noventa años de existencia. Haciendo un símil, su historia es como la de un niño que no parecía que fuese a crecer mucho pero que terminó dando un estirón que dejó a todos boquiabiertos. Y lo que es más importante, supo adaptarse a su nueva condición de persona esbelta.

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