Muchos han oído hablar de él y muy pocos han podido visitarlo. Hablamos del palacio de Las Dueñas, propiedad de la Casa de Alba y uno de los inmuebles más valiosos de Sevilla. Se construyó entre los siglos XV y XVI por orden de la familia Pineda, la cual se vio obligada a venderlo antes de lo deseado. Y es que uno de sus miembros fue secuestrado por los musulmanes y, para pagar el rescate, no les quedó más remedio que deshacerse de su residencia más preciada. Así pasó a manos de Catalina de Ribera en 1484, condesa de Los Molares, estirpe que regentaría el lugar hasta que fue traspasado a la Casa de Alba a mediados del siglo XVII.
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Un castillo infravalorado
El Castillo de Alcalá de Guadaíra está en el candelero últimamente por dos razones. La primera es que fue elegido como icono turístico por la Diputación de Sevilla en la pasada edición de Fitur, despertando las críticas de los delegados granadinos, quienes entienden que guarda un gran parecido con su gran reclamo, La Alhambra. Y la segunda es que su estado de conservación dista mucho de ser el ideal, tal y como quedó demostrado con el reciente desprendimiento de una parte de su torre. Afortunadamente, no afectó a su estructura, si bien precisa de reformas urgentes y un mejor mantenimiento.Un reptil en la Catedral
En la Catedral de Sevilla, concretamente en el techo de una de las naves del Patio de los Naranjos, se encuentran cuatro objetos realmente peculiares: un cocodrilo de madera, un colmillo de elefante, un bocado (freno) aparentemente de caballo y un bastón de mando. Y la pregunta es inevitable: ¿cómo llegaron hasta allí? Existen varias leyendas que tratan de ofrecer una explicación razonable, y aunque ninguna de ellas tiene una base cien por cien sólida, pueden acercarnos a la realidad. La más extendida nos remonta hasta 1260, año en que el sultán de Egipto quiso casar a su primogénito con Berenguela, la hija del rey Alfonso X el Sabio.
Para conseguir su propósito envió una delegación cargada de regalos y entre ellos se hallaban el colmillo de elefante, un cocodrilo vivo extraído directamente del Nilo y una jirafa domesticada. Aun así, el monarca español rechazó la unión y mandó de regreso a los emisarios del sultán con nuevos presentes. Eso sí, se quedó con el cocodrilo, que fue disecado una vez muerto, y la jirafa, cuyo freno fue colgado junto a la piel del reptil. Con los años se añadió a la colección la vara del embajador castellano que viajó a Egipto para declinar amistosamente la proposición.
Ahora bien, ¿son esos objetos los mismos que podemos contemplar hoy día? No exactamente. El cocodrilo actual, conocido popularmente como ‘lagarto’, está tallado en madera y data del siglo XVI. Es muy posible que su estructura se corresponda con el original, pero a partir de ahí no hay más conexiones. Con todo, su imponente presencia llama poderosamente la atención, sobre todo porque su naturaleza no guarda relación con el entorno, de ahí que sea uno de los mayores atractivos para los niños que visitan la Catedral. Otra teoría más ‘escéptica’ sostiene que el animal fue colocado en esa posición simplemente para espantar a las aves que se colaban en el templo.
Parlamento de Andalucía. Patio del Cardenal. 16º Fotografía en 360 grados.
Parlamento de Andalucía. Patio del Recibimiento 4. 13º Fotografía en 360 grados.
Parlamento de Andalucía. Patio del Recibimiento 3. 12º Fotografía en 360 grados.
Parlamento de Andalucía. Patio del Recibimiento 2. 11º Fotografía en 360 grados.
Parlamento de Andalucía. Patio del Recibimiento. 10º Fotografía en 360 grados.
La vida en los corrales de vecinos (II)
No es ningún secreto que los corrales de vecinos acogían a personas de clase media-baja. Generalmente, a los séquitos de albañiles, herreros, carpinteros, zapateros, etc. No había distinciones entre unos y otros y sólo la casera tenía un estatus superior y responsabilidades individuales, tales como abrir y cerrar la puerta general, cobrar el alquiler, asignar trabajos, imponer sanciones o resolver disputas. En cualquier caso, el buen ambiente era la nota predominante y buena prueba de los fuertes lazos fraternales que se establecían eran las celebraciones que se realizaban en el patio por bodas, bautizos, cruces de mayo, cumpleaños, etc. Incluso en el periodo estival se sacaban los colchones por la noche para combatir a las altas temperaturas y las ‘tertulias’ duraban hasta que el sueño terminaba por imponerse.




