El Estadio de La Cartuja, conocido popular y erróneamente como Estadio Olímpico por haber sido concebido para albergar más pronto que tarde unos Juegos Olímpicos, cumplió recientemente 15 años. Es decir, se encuentra en plena adolescencia, esa etapa de la vida en la que se empieza a madurar lentamente después de muchas travesuras.
Su gestación costó nada más y nada menos que 120 millones de euros y su nacimiento fue celebrado por todo lo alto con unos Campeonatos del Mundo del Atletismo (1999). En sus primeros cumpleaños se llevaron a cabo actos de primer nivel, como finales de la Copa del Rey de 1999, de la UEFA y de la Copa Davis, pero sus ‘padrinos’ (Betis y Sevilla) desecharon la idea de trasladarse definitivamente a su domicilio y su niñez fue muy diferente a como estaba prevista. Tanto es así que los espectáculos deportivos fueron espaciándose cada vez más en el tiempo y al estadio no le quedó otra que ampliar sus horizontes.
Así se explica que, para paliar unas deudas astronómicas, la Sociedad Estadio Olímpico (sus padres de adopción) organizara conciertos, exposiciones, congresos e incluso rodajes de películas. Todo valía con tal de intentar cubrir los gastos de la hipoteca y el mantenimiento. Sin embargo, los números seguían sin cuadrar, de ahí que en 2007 se realizara una ampliación de capital para reorientar la vida profesional del estadio, que iba camino del abandono.
Afortunadamente, sus nuevos gestores han transformada las fuertes pérdidas en unos incipientes beneficios gracias a una política de austeridad y eficiencia. Su plan de actuación se ha basado en reducir el personal (actualmente sólo trabajan ocho personas en el estadio), fomentar el alquiler de los locales (supone el 75% de los ingresos) y apostar por los eventos musicales (antes de que finalice el año actuarán David Bisbal y Extremoduro). Sin ayuda pública pero con la lección bien aprendida, el estadio parece haber sentado la cabeza rumbo a su madurez.
En aquel amargo episodio tuvo mucho que ver el desbordamiento del arroyo Calzas Anchas. Desde hacía tiempo, se venía hablando de la necesidad de desviar su cauce pero, como casi siempre, tuvo que suceder una tragedia para que se pasara a la acción, obteniéndose por fin los permisos y la financiación correspondientes. Según las estimaciones del propio Ayuntamiento de Utrera, las lluvias causaron pérdidas por valor de 100 millones de euros (58 en los campos de cultivo, 30 en infraestructuras y servicios públicos, y 12 en casas, locales y garajes). No en vano, 400 familias se vieron afectadas y las tareas de limpieza duraron más de una semana.
El gobierno municipal apuesta por una solución ya empleada con Mercasevilla y Tussam para evitar la quiebra · La operación incluye también una nueva ‘inyección’ económica de siete millones de euros.La salvación de televisión municipal pasa por la aportación a la sociedad del edificio de la Gavidia, cuya venta se ultima por medio de un pliego de condiciones más favorable para la captación de empresas. La entidad que rige los destinos de la cadena presentará el martes unas cuentas que informan de una deuda que ronda los 10 millones de euros. El primer balance del ejercicio de 2010 revela que las pérdidas se han duplicado respecto al año anterior. Esta situación deja a la empresa en una situación más que delicada y obliga a la toma de decisiones.
La protesta de los controladores supuso la cancelación de un 13% de las reservas.
La sección sindical de UGT en el Ayuntamiento de Sevilla ha denunciado que la avería que sufren dos de los hornos crematorios existentes en el cementerio de San Fernando de Sevilla está provocando un importante retraso en las incineraciones programadas y pérdidas económicas de 1.000 euros diarios.El secretario general de UGT en el Ayuntamiento, Santiago de los Reyes, ha explicado que los trabajadores denunciaron la avería de uno de los hornos en marzo. Pero resulta que en las últimas horas se ha producido una avería en otro de los crematorios.»La primera vez nos dijeron que, como había más hornos funcionando, el problema quedaba resuelto», ha dicho De los Reyes. Con el segundo horno dañado, de las teóricas 18 incineraciones diarias -nueve por la mañana y nueve por la tarde- se ha pasado, según UGT, a que «hay días que sólo pueden hacerse tres, puesto que lunes, martes, sábados y domingos sólo hay un turno, y seis el resto de los días».