Preparen los abanicos

Si el verano pasado fue más fresco de lo normal, el que está a la vuelta de la esquina será más cálido de lo habitual. Así lo ha asegurado la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, quien pronostica altas temperaturas para los meses de julio, agosto y septiembre en toda España, y muy especialmente, en Andalucía occidental.

No debe cogernos por sorpresa, pues este año 2015 ya venía avisando de lo que nos tenía reservado para el periodo estival. Sin ir más lejos, el Martes Santo (31 de marzo) se alcanzaron los 33 grados, la temperatura más alta registrada en este mes desde que se tienen datos oficiales. Asimismo, el pasado 14 de mayo los termómetros reflejaron 41 grados, cifra que solo ha sido superada esta temporada en Valencia y Lanzarote. Y es precisamente a este tipo de temperaturas a las que tenemos que irnos a acostumbrando, puesto que se espera que sean el pan de cada día durante todo el verano, que arrancó oficialmente ayer domingo 21 de junio a las 18:38 horas.

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La playa de María Trifulca

Sevilla tuvo una playa. No como las que prometieron algunos políticos a principios de los noventa, ni como las que anhelamos en las calurosas tardes de verano, pero la tuvo. Fue bautizada con el peculiar nombre de ‘María Trifulca’ y estaba situada justo debajo del Puente del V Centenario, naturalmente, cuando éste aún no había sido construido. Funcionó desde finales de los años veinte hasta principios de los sesenta, y tenía dos orillas -una en cada margen del Guadalquivir- con públicos diferentes. La zona más próxima a Heliópolis solía reunir a familias y chavales, mientras que en el lado opuesto se congregaban personas más adultas y ‘avispadas’, por llamarlas de alguna forma.

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La playa de Sevilla

agua magica

‘Agua Mágica’. Así se llamará el nuevo parque acuático de Sevilla que se está construyendo en La Cartuja, dentro de las instalaciones de Isla Mágica. Según sus promotores, se convertirá en “la playa de Sevilla”, acabando con el viejo anhelo de nuestra ciudad de poseer un tramo de costa para combatir las altas temperaturas en verano. El andalucista Alejandro Rojas Marcos ya prometió la edificación de una playa artificial en 1999, pero aquel proyecto quedó en saco roto por su derrota electoral. No ocurrirá lo mismo ahora, ya que las obras avanzan a buen ritmo, si bien aún no hay una fecha de apertura definida.

El proyecto contempla una piscina de olas de grandes dimensiones, toboganes para todas las edades, un recorrido de río lento, varias piscinas, consigna de tumbonas y flotadores, etcétera. Todas estas atracciones estarán emplazadas junto a los aparcamientos, junto a la zona maya de Isla Mágica, de ahí que se hayan demolido algunas de las antiguas calesitas como por ejemplo el Quetzal. Su extensión aproximada será de 10.000 metros cuadrados, tendrá un aforo para 2.500 personas y se espera alcanzar la cifra de 200.000 visitantes antes de que finalice la temporada estival para empezar a amortizar los cinco millones de euros de inversión.

Aunque en un principio se barajó la opción de que ambos parques fueran dependientes, es decir, que no se pudiera acceder a la zona acuática sin tener un ticket para el parque temático, finalmente Looping Group ha decidido que Isla Mágica y Agua Mágica funcionen por separado. Así, la entrada al primer recinto seguirá costando unos 29 euros, mientras que para acceder al segundo habrá que abonar 7 euros. Isla Mágica echará a andar el 19 de abril (los pases se podrán adquirir a partir del 1 de marzo), mientras que Agua Mágica abrirá sus puertas probablemente a mediados del mes de junio.  

La quimera de Rojas Marcos

En Sevilla, las primaveras son efímeras y los veranos, eternos. Las altas temperaturas nos dan la bienvenida en mayo (a veces incluso antes) y no deciden marcharse hasta bien adentrado el mes de octubre, razón más que suficiente para considerar el calor como algo inherente a la ciudad. Para combatirlo, alternamos la tradición de los abanicos con la sofisticación del aire acondicionado, y para las zonas comunes hemos ideado toldos estratosféricos como los que se instalan en las calles del centro y aspersores como los que refrescan el ambiente de comercios y bares durante el periodo estival. Sin embargo, hubo un proyecto de mayor envergadura que nunca pudo llevarse a cabo: la playa artificial.

Corría el año 1999 cuando Alejandro Rojas Marcos, entonces líder del Partido Andalucista, sorprendió a propios y extraños incluyendo en su programa electoral la construcción de una playa en San Jerónimo. No fue un globo sonda. De hecho, le encargó al ingeniero José Luis Manzanares Japón que transformara el viejo anhelo de los sevillanos en algo que pudiese convertirse en realidad. De esta manera, vio la luz un boceto que destacaba las bondades de un paraje que tendría 60.000 metros cúbicos de arenas, oleaje artificial, capacidad para 2.000 personas y sobre todo, chiringuitos, ya que según el ex alcalde, éstos iban a rentabilizar la inversión presupuestada: 566 millones de las antiguas pesetas.

Como todo el mundo sabe, aquella maqueta no fue a ninguna parte y quedó en saco roto por su inviabilidad geológica. No obstante, en los últimos años Juan Ignacio Zoido ha dejado caer en más de una ocasión que le gustaría hacer algo parecido, aunque ni mucho menos igual: edificar dos piscinas públicas en el río Guadalquivir, una a la altura de Plaza de Armas y otra junto al Alamillo, siguiendo los pasos de las que se pueden encontrar hoy día en París, Berlín y Copenhague. Hay quien dice que a Sevilla sólo le falta una playa para ser perfecta y otros piensan que ya lo es sin ella. Sea como fuere, mientras esos proyectos toman visos de realidad, siempre quedará la alternativa de acudir a la provincia, concretamente a San Nicolás del Puerto, para disfrutar de una playa artificial, o adentrarnos en las cercanas costas de Huelva y  Cádiz, que siempre han acogido gustosamente a los sevillanos.