Cada vez que vemos un click de Playmobil nos teletransportamos a nuestra infancia, o en su defecto, a nuestro lado más infantil. No en vano, los abuelos de hoy los regalaban a los que ahora son padres de unos hijos que comparten su afición por estos peculiares muñecos que miden 7,5 centímetros de alto y sólo son flexibles por sus extremidades y la cabeza. De fabricación alemana, estos juguetes empezaron a ser conocidos a nivel internacional a mediados de los años ochenta y todas las navidades se renuevan con accesorios nuevos para desarrollar la imaginación de los más pequeños y no tan pequeños.