En tiempos de Julio César, aproximadamente entre los años 68 y 65 a. C., cuando era cuestor de la ciudad, se construyeron estas murallas y sus torreones, reemplazando la antigua empalizada hecha con troncos y barro existente desde la época cartaginesa. Durante el imperio de Augusto fueron ampliadas y perfeccionadas debido al crecimiento de la ciudad.
Época árabe: Los árabes añadieron más a la defensa de la ciudad ensanchándola, y fortalecieron ese ensanche amurallándolo bajo el dominio del sultán Alí Ibn Yusuf, quien amplió el espacio protegido por la cerca en casi dos veces su antigua superficie. Los almorávides, que eran conscientes del avance conseguido sobre los reinos cristianos del norte de España se dedicaron a reforzar sus defensas, construyendo y fortaleciendo las murallas.