Sánchez Mejías: el torero más polifacético

Para definir a Ignacio Sánchez Mejías se necesita tener a mano un diccionario. No en vano, son muchas las palabras que servirían para describir la personalidad y las andanzas de este sevillano de pura cepa que nació en 1891 en el seno de una familia acomodada de quince hermanos. Con sus parientes compartía la sangre y el inevitable vínculo emocional, pero nada más, ya que sus inquietudes eran totalmente diferentes. Buena prueba de ello es que siendo un adolescente hizo las maletas y se escapó de casa a hurtadillas en busca de aventuras.

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El republicanismo de Diego Martínez Barrio (II)

martinez barrio2El 14 de abril de 1931, día en el que se instauró la II República, Diego Martínez Barrios (a él le gustaba apellidarse Barrio, sin la ese final) se encontraba exiliado en Francia y se llevó una gran alegría. Tanto, que tardó sólo un mes en regresar a España para ponerse al frente del Ministro de Comunicaciones. Dos años más tarde se le fue encargada la tarea de organizar las elecciones, ya que era probablemente el hombre más moderado del gobierno y el más respetado por sus adversarios políticos. Buena prueba de ello es que aprobó la fundación de la Falange Española y apaciguó algunos levantamientos anarquistas.

Posteriormente fue la mano derecha del presidente Guillermo Lerroux, aunque los pactos de éste con la CEDA (una coalición de partidos católicos de derechas) le hicieron alejarse de él, hasta el punto de fundar un nuevo partido, el Partido Radical Demócrata, el cual terminaría adhiriéndose a la Unión Republicana, y más tarde, al Frente Popular. Una vez en esta formación, ejerció como presidente interino de la República desde el 7 de abril al 10 de mayo, sustituyendo a Alcalá Zamora, que había sido destituido cuando el clima de preguerra era ya más que evidente. Con todo, Azaña aún creía en el milagro y le pidió que intentara formar un gobierno de conciliación que calmara a todos los bandos.  

Martínez Barrio llegó a telefonear a líderes políticos y jefes militares para detener la contienda, llegando a convencer a algunos, pero pronto se dio cuenta de que no podía evitar lo inevitable y presentó su dimisión. Pese a todo, durante el intercambio de balas se mantuvo al lado de Azaña como fiel consejero hasta la caída de la República, cuando huyó a Francia, donde terminaría muriendo en 1962. Como Adolfo Suárez, terminó teniendo más aliados fuera de su partido que dentro de él. Al fin y al cabo, y aunque parezca contradictorio, terminó siendo  un radical de centro que comprendía (no confundir con compartir) las ideas de todos. “Un partidorepublicano, en cuanto instrumento de la democracia libre, tiene por misión ser freno para las impaciencias de la izquierda y acicate para el inmovilismo de la derecha”, dijo en una de sus últimas intervenciones públicas.

El hospital de todos (III)

Una vez instaurada la Constitución Española de 1978 y aprobado el Estatuto de Autonomía en 1981, el Hospital de las Cinco Llagas fue el primer emplazamiento en el que pensaron las autoridades para establecer la sede del Parlamento Andaluz. Sin embargo, las gestiones no fueron rápidas ni sencillas, de ahí que la cámara fuera itinerante durante algunos años. Así las cosas, la sesión inaugural se celebró en el Salón de Tapices de los Reales Alcázares el 30 de junio de 1982, es decir, hace dos décadas.  Aquel día se decretó que Sevilla sería la capital administrativa y Granada, la judicial. En sucesivos plenos, en dicho enclave también se oficializó el himno, el escudo y la elección de los primeros reglamentos y senadores.

Parlamento de Andalucía

Pese a que el país respiraba optimismo por los cuatro costados, no eran tiempos de bonanza económica y el Estado de las Autonomías era un melón por calar. Valga como ejemplo el discurso que pronunció Antonio Ojeda Escóbar, primer presidente del Parlamento Andaluz: “Tenemos ante nosotros una labor gigantesca, una obra ingente para realizar […] partimos también de una situación material precaria, pues ni siquiera contamos con los medios mínimos necesarios para cumplir nuestro trabajo, pero tenemos una gran ilusión, una voluntad política firme y un pueblo decidido a ilusionarse y luchar por su autonomía, por solucionar sus problemas y por recuperar su dignidad”.

Había muchas ilusiones e ideas, pero muy pocos recursos para llevarlos a cabo. Las decisiones se tomaban en los Reales Alcázares y se ejecutaban en el Edificio Cristina, algo que no resultaba nada práctico. Por esta razón, se acordó trasladar la sede en 1983, esta vez al Palacio de la Real Audiencia de Sevilla gracias a la gentileza de la Caja de Ahorros San Fernando, fiel reflejo de que los órganos andaluces dependían de los favores de otras instituciones. Sin ir más lejos, unos años más tarde, el creciente volumen de trabajo forzó una nueva mudanza hacia unas dependencias más espaciosas. Fue entonces cuando el salón de plenos fue instalado en la Iglesia de San Hermenegildo y el centro administrativo, en el edificio de la calle Reyes Católicos en el que hoy opera el Defensor del Pueblo Andaluz, propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social.

Pero la sensación siguió siendo de provisionalidad hasta que la cesión del Hospital de las Cinco Llagas por parte de la Diputación de Sevilla se hizo efectiva en 1992. Fueron necesarios siete años de intensas obras para adecentar y readaptar el edificio, el cual se encontraba en un horrible estado de conservación, pero la espera valió la pena. De forma progresiva, los espacios que en su día fueron ocupados por enfermos y médicos pasaron a manos de funcionarios y políticos con una naturalidad asombrosa.

Hijo Predilecto

Felipe González demostró a todos a los españoles que con esfuerzo, dedicación y convicción se puede llegar a cualquier parte. Su historia es la del hijo de un vaquero que llegó a ser presidente del Gobierno, nada más y nada menos. Vendiendo ganado y haciendo malabares con las pesetas, su padre pudo costearle los estudios, lo cual no estaba al alcance de cualquiera en aquellos tiempos. Y mucho menos, donde se crió, en la Bellavista de la posguerra, la cual fue descrita por él mismo así a posteriori: “Era un barrio de aluvión, sin urbanizar y un núcleo de reclusos que trabajaban en el ‘Canal de los Presos’, o sea el Guadalquivir, y que cuando cumplían la condena de trabajos forzados, una parte no volvía a sus pueblos y se quedaba en este entorno. Era un ambiente de resistencia social a todo lo que significaba el franquismo y la dictadura. Por tanto, eso me facilitó mucho la cosa”.

Primero pensó en cursar Filosofía, pero finalmente se decantó por Derecho para tener más conocimientos sobre el mundo de los trabajadores. Dado que sentía empatía por ellos, fueron las penurias que había visto a su alrededor día tras día las que le llevaron a tomar un papel muy activo en la universidad, formando parte de distintas organizaciones democristianas. En 1964 se afilió al PSOE y poco después ya compatibilizaba su labor política (en las bases) con la de abogado laboralista. Bajo el alias de ‘Isidoro’, fue tomando muchísima fuerza en la clandestinidad, distribuyendo propaganda, liderando manifestaciones, organizando encuentros secretos para idear una nueva España democrática y siendo encarcelado por todo ello en más de una ocasión. Un cisma en las filas socialistas le permitió ascender fulgurantemente en el organigrama del partido, pasando del comité provincial al nacional, del cargo de secretario al de diputado, de ahí a ser líder de la oposición y finalmente… a La Moncloa en 1982.

El resto de la historia todo el mundo lo conoce. Con un carisma inconfundible y una oratoria brillante, basada en la utilización de un lenguaje llano y accesible, se ganó la confianza de gran parte de España. Obviamente, su mandato tuvo luces, sobre todo en las primeras legislaturas, y también sombras, fundamentalmente en su última etapa, aunque con el paso del tiempo las primeras han preponderado sobre las segundas y buena prueba de ello es que el Ayuntamiento de Sevilla, comandado por el popular Juan Ignacio Zoido, ha tenido a bien nombrarle Hijo Predilecto de la ciudad, la máxima distinción que se reserva para los sevillanos más ilustres.

Oferta, y de varios años, a Caparrós

caparrosUn largo y suculento contrato puede hacer que el técnico utrerano regrese al Sevilla. La continuidad de Gregorio Manzano se complica por momentos. Los caminos que han seguido el Sevilla y Joaquín Caparrós desde que en 2005 rompiesen la relación contractual que les unía están más próximos a cruzarse que nunca. En estos momentos, la continuidad de Gregorio Manzano al frente del plantel se antoja una utopía, y sólo sería planteable si el equipo logra la proeza de clasificarse para la Liga de Campeones o conquistael único título que tiene a mano: la Europa League. Pero puede que ni eso fuese suficiente. Según Radio Sevilla, el club maneja ya una oferta de cuatro temporadas para intentar recuperar al actual entrenador del Athletic.Caparrós termina contrato el próximo 30 de junio y tiene un salario más que importante: en torno a tres millones de euros por temporada. La oferta nervionense no sería tan alta pero sí también suculenta. Sobre todo, le garantizaría un contrato de larga duración, cosa que no hizo en su día y que a la postre provocó su marcha, tras cinco campañas al frente del plantel.El utrenano llegó al club bilbaíno en 2007 de la mano de su actual presidente, Fernando García Macua, de quien ha sido compañero de viaje a lo largo de todo su mandato, el cual expira en breve.

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El estadio dejará de ser el Manuel Ruiz de Lopera

estadio betisJaime Rodríguez-Sacristán releva a León en la presidencia.El día 1 de enero del año 2000 el estadio Benito Villamarín, llamado así desde su construcción en 1929, pasaba a denominarse Manuel Ruiz de Lopera en honor a su presidente por aquel entonces. Casi once años después, el templo de los béticos conocerá, en fecha aún indeterminada, su tercer nombre. El club verdiblanco lo anunció ayer a través de una nota en su página web: se había decidido, en una votación por mayoría, cambiar el nombre del estadio. «Se asumirá el que decidan los socios por mayoría en votación pública, que se celebrará coincidiendo con la celebración de un próximo partido oficial a celebrar en casa», apuntaba la nota.     Además, apenas unas horas en Sevilla le han bastado a Luis Oliver para seguir moldeando el consejo de administración a su medida. El navarro nunca había querido a José León como presidente e incluso ya se intentó un cambio durante uno de los consejos celebrados en el verano, pero hasta ayer no logró el apoyo del resto del consejo -Manuel Castaño y Francisco Nuchera se ausentaron de dicha reunión-.

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El presidente de Cajasol cree necesario impulsar la concentración en el sector, con procesos «flexibles y abiertos»

El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, destacó en la asamblea general de la entidad, celebrada hoy en Sevilla, la necesidad y la urgencia de «impulsar procesos de concentración dentro del sector financiero, que deberán ser abiertos y flexibles» y sobre la reestructuración del sistema financiero, Pulido consideró que los actuales movimientos supondrán la creación de alianzas estratégicas que contribuirán a «obtener resultados positivos y recursos que sumen y generen más valor para los clientes y usuarios».  

Además, en una nota, la caja consideró que este proceso de integración de entidades –donde la propia entidad está sumida en un proceso de ‘fusión fría’ con Caja Guadalajara, abierto a otras cajas– facilitará «una mayor racionalización de las estructuras de las cajas que intervengan en esta reordenación, una mejora de eficiencia operativa, un fortalecimiento en la gestión de riesgos y un reforzamiento en la capacidad financiera, de los recursos propios, y en la gestión del desarrollo del negocio», según apuntó Pulido.

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