Tres planes familiares para la Navidad

Un año más, Santa Claus se ha mudado temporalmente al centro comercial Nervión Plaza, donde tiene una casa de más de 140 metros cuadrados y recientemente ha inaugurado un tobogán. Allí recibirá a los niños hasta el 5 de enero y tomará nota de los regalos que deseen, siempre y cuando se hayan portado bien. Su hogar, que es una réplica a tamaño de real de las cabañas de Laponia, tiene las puertas abiertas a todo el mundo de manera gratuita, de ahí que las colas para visitarle sean constantes. Afortunadamente para él, cuenta con la ayuda de su esposa, la señora Claus, quien le ayuda con todos los ‘pedidos’.

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La Universidad: la reforma de Pablo de Olavide

El edificio de la Puerta de Jerez hacía las veces de Colegio (para los colegiales) y Universidad (para los manteístas) de forma simultánea. Sin embargo, esta dualidad llegó a su fin en el siglo XVIII, cuando se llevó a cabo una profunda renovación en la enseñanza. Y es que la fiebre por estudiar de los primeros años había dado paso a una desidia generalizada en la que los títulos se conseguían más por dinero que por méritos académicos, hasta el punto de que la asistencia no era ni siquiera obligatoria. Llegados a este punto, hubo dos factores que propiciaron las reformas: la expulsión de los jesuitas (1767) y la intervención de Pablo de Olavide.

Este escritor peruano necesitó muy poco tiempo para darse cuenta de los problemas que presentaba la enseñanza en nuestra ciudad y elaboró un informe en el que subrayaba el poder despótico del Colegio de Santa María de Jesús y la importancia de considerar la educación como un servicio público. En otras palabras, Olavide quería cortar el lazo que unía al Colegio de la Universidad para que empezaran a caminar por senderos distintos. Además, propuso suprimir las escuelas de Teología (controladas por las órdenes religiosas) y aumentar el catálogo de estudios de la Universidad con Cánones y Leyes, Medicina, Matemáticas, etcétera.

No se comprende la razón de una institución tan extraña ni qué motivo puede haber para que un Colegio domine por instituto a una Universidad, que la parte absorba al todo y que al Rector de un Colegio, que lo suele ser el más joven y por consiguiente el menos versado e instruido, se le fíe la dirección y gobierno de un Cuerpo tan serio como debe ser el de la Universidad. El Colegio de Maese Rodrigo debe quedar como un Cuerpo dependiente de la Universidad, adonde deberán hacer sus cursos los colegiales que los necesiten”, escribió Pablo de Olavide.

El proyecto fue bien acogido por la monarquía y aprobado en 1769. A partir de entonces, fueron ocupándose progresivamente los inmuebles que dejaron libres los jesuitas: la Casa Profesa (calle Laraña), el Noviciado (calle San Luis), el Colegio de las Becas (Alameda de Hércules), el de San Hermenegildo, con el anejo Hospicio de Indias (calle Jesús del Gran Poder), el de Irlandeses (calle de la Garbancera) y el de Ingleses (Alfonso XII). El primer emplazamiento nombrado, el de la calle Laraña, fue el elegido para impulsar definitivamente a la Universidad de Sevilla como ente público e independiente.

La torre invisible

Sevilla tiene tanto patrimonio, que algunos de sus monumentos incluso pasan desapercibidos para los propios sevillanos. Un claro ejemplo que corrobora esta teoría es el de la Torre de Abdelaziz, que no tiene la notoriedad de la Torre del Oro, ni el carisma de la Torre de la Plata, ni tampoco la misteriosa intrahistoria de la Torre de Don Fadrique, pero sí un valor arquitectónico e histórico de considerables proporciones. Hablamos de una torre almohade de forma hexagonal que data probablemente del siglo XII, ya que no existen documentos que den fe de la fecha exacta de su edificación.

Adoptó el nombre del primer emir almohade que gobernó Al-Andalus, el cual estuvo afincado en Sevilla durante el periodo comprendido entre los años 714  y 719. Existe una creencia generalizada de que llegó a estar conectada a las otras grandes atalayas de la ciudad, y esta hipótesis cobró más fuerza si cabe tras las últimas excavaciones realizadas hace aproximadamente una década. Y es que no cabe duda de que formó parte de las murallas del Real Alcázar. De hecho, estaba unida a ellas a través de un arco ya desaparecido que limitaba con la Puerta de Jerez. Así pues, todo hace indicar que la torre fue ideada para ampliar las infraestructuras defensivas de la ciudad en unos tiempos verdaderamente agitados.

¿Pero dónde está exactamente la Torre de Abdelaziz? Seguro que muchos de los que estén leyendo este artículo se estarán haciendo esta pregunta y habrán imaginado que se encuentra en algún lugar retirado. Nada más lejos de la realidad, ya que la torre está ubicada en una zona céntrica de Sevilla, justamente en la esquina en la que confluyen la Avenida de la Constitución y la calle Santo Tomás. Allí, donde la modernidad y la antigüedad se funden de una manera natural, descansa camuflada entre los edificios colindantes y pasa inadvertida por el trajín del entorno. Podría decirse que es invisible para todo aquel que no se detiene a contemplarla.