El 11 de febrero de 1873, el rey Amadeo I concedió un título nobiliario a Carlos Pickman Jones por su gran labor industrial al frente de la fábrica de cerámica de La Cartuja (Sevilla). De este modo, este comerciante británico, aunque afincado en Sevilla desde muy joven, pasó a ser el Marqués de Pickman, tratamiento que recibió hasta el día de su muerte. Dado que sólo tuvo una hija, Enriqueta, el título pasó a su yerno, Rafael de León y Primo de Rivera, un cordobés criado en una familia aristocrática venida a menos. Su agitada vida estuvo repleta de anécdotas, si bien hoy nos detendremos en el episodio de su fallecimiento.