Un parque con pasado carcelario

Nueve años, dos meses y veintidós días. Ese es el tiempo que ha transcurrido entre el inicio de las obras de demolición de la cárcel de La Ranilla (26 de enero de 2007) y la inauguración de la zona verde que ya ocupa su espacio.

Fue el pasado 19 de abril cuando el alcalde Juan Espadas abrió por fin las puertas de un parque que, tras haber sufrido numerosos retrasos, ya es una realidad tangible.

Un parque con pasado carcelario
Un parque con pasado carcelario

Con una inversión aproximada de 3,7 millones de euros, el parque cuenta con 27.000 metros cuadrados de extensión, 237 árboles, tres zonas de juegos infantiles y un gran repertorio de fuentes y estanques.

Lejos de romper con el pasado, el arquitecto ha querido recordar la antigua prisión con muchos elementos. Por ejemplo, los caminos pavimentados de granito reproducen la antigua planta de la cárcel y marcan los espacios que ocupaban sus módulos.

Uno de ellos, el de los presos políticos, está señalado además con una pérgola metálica. También se han colocado fotografías del edificio desaparecido y se han conservado la especies vegetales que crecían en las zonas comunes (palmeras, principalmente), al margen de incorporar otras 30 nuevas.

El parque, que está enclavado entre el centro cívico y la sede de la Delegación Municipal de Seguridad y Movilidad, aún no tiene nombre. Serán los vecinos, y más concretamente los niños del barrio, quienes elijan su denominación mediante un concurso de ideas que, una vez finalizado, llegará a la mesa de la junta de distrito para su aprobación definitiva.

Por último, cabe reseñar que la edificación del parque no será la última intervención que se haga en el entorno, ya que próximamente se restaurará el pabellón de ingreso.

Presumiblemente, este edificio será destinado a la preservación de la memoria histórica, tal y como fue acordado en pleno el pasado mes de octubre.

El crimen de las estanqueras

El 11 de julio de 1952 tres individuos entraron en un estanco situado en la avenida Menéndez y Pelayo con la intención de robar dinero. Habían ideado el plan y sobre el papel no era difícil de ejecutar. Sin embargo, lo que no entraba en sus planes era que la mujer mayor que estaba al frente del negocio, Matilde Silva Montero, se rebelaría contra ellos y trataría de huir pidiendo auxilio desesperadamente. Sus voces alertaron a su hermana, que estaba dentro del local, y a uno de los ladrones no se le ocurrió otra cosa que asestar 13 puñaladas a una y 16 a la otra para acabar con sus vidas, y por ende, con los testigos.

A la mañana siguiente, un sobrino de las fallecidas se acercó al estanco y encontró sus cadáveres rodeados de sangre. Rápidamente la policía se puso manos a la obra y, gracias a una delación, arrestaron a los presuntos autores: Francisco Castro Buenos, apodado el ‘Tarta’ por su tartamudez, Juan Vázquez Pérez y Antonio Pérez Gómez. Los dos primeros fueron detenidos cuando iban en tren hacia Madrid para alistarse en la Legión y el tercero, al parecer, se escondía en un pajar junto al río. Nunca hubo pruebas materiales, pero las más que posibles torturas que recibieron propiciaron la confesión de uno de ellos. Así pues, fueron encarcelados a la espera de un juicio que no tardaría en llegar.

Los asesinatos tuvieron una gran repercusión mediática y acuñaron el sobrenombre de ‘El crimen de las estanqueras’. El abogado Manuel Rojo fue el encargado de defender a los delincuentes, quienes ya estaban fichados previamente por delitos menores, pero las coartadas y sus argumentos legales cayeron en saco roto y los reos fueron ajusticiados a garrote vil en la cárcel de Ranilla. Posteriormente, este mismo letrado publicó un libro en el que, sutilmente, dejaba entrever las irregularidades del juicio y sugería una conexión entre el crimen y el tráfico de hachís. En 1991, los hechos también sirvieron como guión para un capítulo de la serie de televisión ‘La huella del crimen’, que fue protagonizado por Fernando Guillén Cuervo.

El Ayuntamiento expone a los vecinos de La Doctora y Palmete las actuaciones del canal de Ranilla

 El concejal de Presidencia y Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, y el delegado del distrito Cerro-Amate, Francisco Fernández, han explicado hoy a la Asociación de Vecinos Barrio Unido, y a las asociaciones de pensionistas, Mujeres de Palmete y Arroyo Ranilla, la actuación que se va a llevar a cabo en el canal del Ranilla para la reparación de la losa superior y la conexión de los barrios La

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