La carrera en la que nadie pierde

Carrera Nocturna SevilaLa Carrera Nocturna del Guadalquivir es, sin lugar a discusiones, el evento deportivo de Sevilla que más ha crecido en los últimos tiempos. Bastaría con recordar que fue creada hace 25 años y que desde entonces no ha parado de sumar participantes, pero su éxito va más allá de los números. De hecho, si por algo de caracteriza esta competición es por reunir a atletas profesionales y modestos aficionados en un clima de máxima fraternidad. No importan tanto las marcas y la clasificación como el afán de superación y el atractivo de recorrer la ciudad bajo las estrellas en compañía de un gigantesco grupo humano.

La nocturna celebró sus bodas de plata el pasado viernes 27 de septiembre, y lo hizo por todo lo alto, pues se batió un nuevo récord de participación tras agotarse las 20.000 inscripciones. El circuito fue inédito y el recorrido, más corto de lo habitual (8,3 kilómetros) para ponerlo al alcance de más personas. El pistoletazo de salida se produjo en el Paseo de las Delicias y a partir de ahí los corredores fueron avanzando por Paseo Colón, Reyes Católicos, Puente Triana, San Jacinto, Plaza de Cuba, Asunción y Puente de los Remedios hasta llegar a la meta, situada a escasos metros de la Plaza de España.

Esta última edición estuvo marcada por la lluvia, que se dejó notar antes, durante y después de la carrera. No obstante, lejos de acabar con la fiesta, las precipitaciones añadieron ciertas dosis de épica, pues no hubo ningún corredor que cruzara la meta sin estar completamente empapado. Además, si bien los cortes de tráfico fueron inevitables, la organización resultó un éxito gracias a la inestimable ayuda de más de 300 voluntarios. David Palacios, en categoría masculina, y María Belmonte, en la femenina, fueron los ganadores de la prueba popular, la segunda más importante de España tras la San Silvestre de Vallecas, la que no tiene perdedores.     

Más hospitalaria que nunca

El turismo de Sevilla no entiende de crisis. Los datos demuestran que la cruda realidad económica que impera en buena parte del mundo no le ha restado ni una pizca de encanto a nuestra ciudad. Es más, el año 2011, que con el paso del tiempo será recordado por los despidos, los ERE, las históricas tasas de paro, las subidas de los impuestos y la famosa e ininteligible pérdida de confianza en los mercados, ha sido el mejor de la historia para el sector hotelero. Tal como suena. Ni siquiera en 1992, con motivo de la celebración de la Exposición Universal, se produjeron tantas visitas como en la pasada temporada.

Concretamente, arribaron un total de 2,33 millones de turistas a la capital hispalense. Teniendo en cuenta que Sevilla posee unos 700.000 habitantes, se puede decir que la ciudad vio triplicada su población de forma discontinua a lo largo de todo el año. Los números del tráfico aeroportuario también son abrumadores, tras haber rozado la cifra de los 5 millones de pasajeros, un 17% más que en 2010. Con todo, no cabe duda de que Sevilla se ha vuelto más hospitalaria que nunca y hay varias razones que lo explican.

SevillaLa primera –y la más importante- es que la ciudad sigue siendo única en el mundo, y por eso recibe tantos turistas españoles como extranjeros. La segunda puede atribuirse a que la oferta hotelera es cada vez mayor y más variada, por lo que las posibilidades de alojar a los excursionistas han sido ampliadas. La tercera responde a un factor que mezcla lo cualitativo con lo cuantitativo: la calidad no ha disminuido y los precios continúan siendo razonables. Y la cuarta y última tiene que ver con los conflictos que se están produciendo en el Norte de África, los cuales provocan que los centroeuropeos se decanten por una apuesta más segura. Y Sevilla, naturalmente, lo es.