La rosa de Santa Marta

Probablemente, muchos de nuestros lectores ya conocerán la relación que existe entre el periodista Iñaki Gabilondo y la Hermandad de Santa Marta, pero quizás no sepan discernir con claridad qué parte de la historia es real y qué parte de la historia pertenece a la ficción. Vayamos por partes. Corrían los años setenta cuando la corporación afincada en San Andrés decidió introducir una rosa en el paso que desfila cada Lunes Santo por las calles de Sevilla. Concretamente, debajo de la mano del Santísimo Cristo de la Caridad, representando así la última gota de sangre del Señor, la cual, tras caer al suelo, brotó de manera divina.

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El Parque de María Luisa cumple 120 años

teatroHace 120 años que la Infanta María Luisa de Borbón cedió los terrenos del parque que lleva su nombre a la ciudad de Sevilla y para conmemorar tal efeméride el Distrito Sur ha preparado una serie de actividades culturales y deportivas que pretenden poner en relieve el valioso patrimonio del recinto. La más atractiva de todas tiene que ver con unas rutas teatralizadas que comenzarán en los próximos días y se prolongarán durante todo el verano, aunque los interesados en disfrutar de ellas deberán ser rápidos, ya que el periodo de inscripción finaliza el 28 de junio.

Este proyecto, titulado ‘Historias bajo la luna’, conseguirá que célebres personajes como el Cid Campeador, Miguel de Cervantes, los hermanos Álvarez Quintero, Pedro I, o la propia infanta María Luisa ‘abandonen’ sus estatuas y monumentos para volver a la vida transitoriamente en la piel de unos actores.  Las visitas son totalmente gratuitas, reunirán a un máximo de 45 personas y tendrán una duración aproximada de dos horas. Las mismas arrancarán a las 21:00 horas en la Glorieta de San Diego y contarán en su primera fase con Rodrigo Díaz de Vivar como guía turístico de excepción. L siguiente parada tendrá lugar en la Glorieta de Bécquer y allí una señora vestida de miriñaque interactuará con el público y posteriormente entrará en escena el resto de los protagonistas de forma escalonada.

Los actos para festejar el aniversario del parque de María Luisa no concluirán con estas actuaciones, ya que están programadas más iniciativas para el año que viene. Una de ellas consistirá en reabrir los pabellones de la Exposición Iberoamericana de 1929 y se extenderá entre los meses de mayo y julio. Aunque todavía no se han dado a conocer muchos detalles sobre esta seductora idea, sí se ha anunciado que la organización correrá a cargo de una comisión de expertos y que contarán con la colaboración de los barrios de El Tiro de Línea, La Paz y El Porvenir.    

El paraíso de María Luisa

Lo que hoy conocemos como Parque de María Luisa eran unos jardines privados que  formaban parte del Palacio de San Telmo y pertenecían a los duques de Montpensier. Su historia cambió para siempre cuando el Ayuntamiento de Sevilla se propuso trazar una calle que llegara al río por esta zona y les pidió permiso para llevarla a cabo. La Infanta María Luisa de Borbón (duquesa de Montpensier) no sólo aceptó, sino que cedió a la ciudad la mayor parte del recinto en 1893. Al recibir semejante e inesperado regalo, las autoridades no tuvieron más remedio que buscarle una buena utilidad y decidieron crear un parque público, que bautizaron como Parque de María Luisa en señal de agradecimiento.

A principios del siglo XX ya era ‘vox populi’ la posibilidad de que Sevilla albergara una Exposición Hispanoamericana y el Parque de María Luisa, que aún no se había abierto al público, estaba en todas las quinielas para convertirse en su sede. Algunos notables de la época se opusieron tajantemente por el miedo a que el jardín se deteriorara con el tránsito de tantas personas y se inundara, pues se decía que no estaba preparado para canalizar las lluvias. Sin embargo, su belleza terminó imponiéndose y sus deficiencias técnicas fueron subsanadas con el ingeniero francés Jean-Claude Nicolas Forestier. Éste también aprovechó la ocasión para modificar sutilmente su aspecto y le dio un toque arabesco con los Jardines del Generalife como referencia.

Pese a que aún quedaban obras por rematar, el 18 de abril de 1914 abrió sus puertas y muy pronto sevillanos y turistas empezaron a deleitarse con su majestuosidad, que fue en aumento hasta dar comienzo la exposición de 1929, la cual resultó ser un éxito sin precedentes.

Desde entonces a esta parte, el Parque de María Luisa ha sido restaurado varias veces, aunque se puede afirmar sin miedo al error que conserva su esencia original. Hablamos de un parque que combina como ningún otro las luces y las sobras gracias a una frondosa y colorida vegetación. Está organizado por calles y glorietas que tienen su propio nombre y conducen a lugares singulares como el Estanque de los Lotos, el Monumento a Bécquer, la Plaza de América, el Jardín de los Leones , el Monte Gurugú, el Cenador, etc. Asimismo, sus fuentes refrescan el ambiente y desprenden sonidos que relajan nuestros sentidos, al tiempo que su fauna nos permite contemplar pavos reales, pájaros cantores, cisnes, patos y sobre todo, sus inconfundibles palomas, que aguardan la llegada de los niños para comer de sus manos. Por todo ello se le reconoce como el Parque de Sevilla, aunque más que un parque, más bien es un paraíso.