Una modista para el Cid

el cid sevillaSi han pasado últimamente por el Prado de San Sebastián, habrán comprobado que la estatua del Cid Campeador presenta un aspecto muy diferente al que nos tenía acostumbrado. No en vano, Rodrigo Díaz de Vivar ha sido vestido de croché por la artista Olek, famosa por haber cubierto esculturas y edificios de todo el mundo con sus extravagantes prendas. Esta diseñadora de origen polaco aprendió a coser por sí misma y sin recibir los consejos de nadie, hasta el punto de que es ella quien le hace jerséis a su abuela y no al revés. No es de extrañar, por tanto, que haya desarrollado un estilo muy personal que no deja a nadie indiferente y que haya encontrado en la lana su mejor manera de expresión.

Con el permiso del Ayuntamiento de Sevilla, Olek se subió la semana pasada a una grúa y enfundó su traje al caballero castellano mediante un laborioso proceso que duró varias horas. De esta manera, la estatua que Anna Hyatt Hutington regaló a la ciudad en 1927 abandonó los tonos oscuros del bronce para abrazar los rosas, morados, naranjas, verdes y rosas de su nueva modista. El caballo Babieca tampoco se ha librado de este cambio de ‘look’ que ha generado opiniones de todos los colores, nunca mejor dicho. Y es que, aunque la primera pregunta que se hacían los viandantes es si la transformación del Cid tenía algo que ver con la inminente celebración de Halloween, lo respuesta es no.

Agata Oleksiak (así se llama) se encuentra en la capital hispalense para presentar la exposición ‘Santa Agatha, la torera’, que será inaugurada el 7 de noviembre en la galería Delimbo. Se trata de la primera muestra individual que realiza en nuestro país, aunque ya hizo de las suyas en Barcelona cubriendo el Gato de Fernando Botero en la Rambla del Raval. Cabe destacar que la artista solicitó inicialmente vestir a San Fernando en la Plaza Nueva, pero la Comisión de Patrimonio se negó por su relevancia histórica y ofreció la estatua del Cid como emplazamiento alternativo. Su remozada apariencia podrá ser contemplada hasta el próximo 12 de noviembre, día en el que perderá sus flamantes ropajes. 

Protección para el Cid

La leyenda del Cid Campeador narra las andanzas de un caballero castellano que llegó a dominar casi todo el Levante español en el siglo XI. Se llamaba Rodrigo Díaz de Vivar y su nombre evoca tenacidad, valentía, constancia y vigorosidad. Todos esas cualidades ya quedaron de manifiesto en el célebre cantar que popularizó la frase de “Sangre, sudor y lágrimas, el Cid cabalga” y trataron de materializarse en distintas estatuas repartidas por todo el mundo (Nueva York, San Diego, Buenos Aires, Valencia, Burgos, Sevilla…).

La de nuestra ciudad descansa en la avenida que lleva su mismo nombre y está ubicada justamente entre la antigua Fábrica de Tabacos y los Jardines del Prado de San Sebastián. Fue fabricada en bronce y donada por la escultora estadounidense Anna Huntington con motivo de la celebración de la Exposición Universal de 1929. Aquí se le conoce coloquialmente como ‘El Caballo’ y en una de las partes de su pedestal se puede leer una cita del historiador musulmán Ben Bassam que dice así: “El Campeador, firme calamidad para el Islam, fue por la viril firmeza de su carácter y por su heroica energía uno de los grandes milagros del creador”.

Lamentablemente, el respeto que le profesaban al Cid hasta sus propios enemigos no ha servido como ejemplo para algunos de nuestros coetáneos. Tanto es así que la estatua de Sevilla ha acaparado páginas de periódicos en los últimos días debido a la restauración a la que será sometida, la cual incluirá un tratamiento ‘antigraffitis’. Así las cosas, se espera que cuando concluyan las tareas de reparación, que tendrán un presupuesto de 40.000 euros, el Cid Campeador estará bien protegido y los ‘artistas’ que ensucian las obras de los demás con botes de spray y otro tipo de sustancias indecorosas lo tendrán más difícil para entretenerse.