El Colón sevillano

rodrigodebastidasLos libros divulgativos de Historia tratan de simplificar los acontecimientos más relevantes para que puedan ser comprendidos con facilidad. Por eso todos sabemos que Cristóbal Colón descubrió América en 1492, pero es evidente que una sola persona no pudo llevar a cabo semejante empresa. De hecho, está más que demostrado que el genovés no llegó a conocer muchos de los países que conforman el continente y la tarea de explorarlos correspondió a otros hombres. Y uno de ellos fue un sevillano que respondía al nombre Rodrigo de Bastidas.

Nacido en lo que hoy es Triana, Rodrigo de Bastidas acompañó a Colón en su segundo viaje a las Indias en 1493. Ocho años más tarde consiguió la licencia necesaria para poder rastrear por su cuenta nuevas tierras, zarpando desde Cádiz al mando de dos naves (San Antón y Santa María de Gracia). Fue el primero en divisar las costas colombianas y panameñas después de haber recorrido todo el litoral venezolano, y si no avanzó más fue porque sus barcos empezaron a flaquear y se vio obligado a atracar en Santo Domingo, donde los españoles tenían su base de operaciones. Una de sus naves naufragó, pero la otra, la que almacenaba el oro, logró resistir, y quizás por ello fue acusado de negociación ilegal con los indígenas.

Pese a todo, fue declarado inocente y entregó su botín a la Corona, razón por la cual se le fue asignada una pensión vitalicia, procedente de la producción anual de una provincia que él mismo había descubierto (Urabá). Regresó a España y vivió de las rentas con cierta comodidad, pero su cabeza seguía estando en América, de ahí que decidiera volver sobre sus pasos en 1525. Fue entonces cuando fundó la ciudad de Santa Marta (Colombia), donde era respetado por todos menos por su mano derecha, Juan Villafuerte, quien, ávido de poder y riquezas, orquestó una conspiración en su contra. Herido de consideración y sin poder fiarse de nadie, Rodrigo de Bastidas emprendió la huida en busca de un lugar seguro, pero sólo llegó a Santiago de Cuba, donde falleció en 1527. 

La Universidad: el nacimiento

En el siglo XV, en España sólo era posible cursar estudios avanzados en Salamanca (la gran capital del conocimiento), Valladolid, Lérida y Barcelona, pero a raíz del descubrimiento de América se desató una fiebre por fundar universidades en todo el territorio español. La de Sevilla fue una de las 27 que se instituyeron durante la siguiente centuria, aunque no se puede decir que empezara de cero, ya que otras academias le habían allanado el camino. De hecho, en 1254 el rey Alfonso X había otorgado a la ciudad un privilegio para poner en marcha un centro de enseñanza de Latín y Árabe y posteriormente echó a andar la escuela catedralicia de San Miguel, donde los clérigos instruían gramática y teología.

Con todo, las autoridades civiles y eclesiásticas eran conscientes de que Sevilla necesitaba una universidad en toda regla y por eso removieron cielo y tierra para conseguir el apoyo de las altas instancias. Tanto es así que Maese Rodrigo Fernández de Santaella, a la sazón arcediano de la Catedral de Sevilla y considerado por todos como el gran precursor, convenció a Isabel la Católica para que intercediera en favor de la capital hispalense. “Muy Santo Padre […] me encomiendo en vuestra santidad, a la qual plegue saber que yo escribo a Lorenzo Suares de Figueroa, mi embaxador, que reside en su corte, para que de mi parte le suplique algunas cosas tocantes a la fundación e dotación de un colegio quel protonotario mº Rodrigo, canónigo de la Santa Yglesia de Seuilla, que lo quiere fundar e dotar […] Escripta en Sevilla a XX de marzo de MD años, de v. s. muy umilde devota fija que sus santos pies e manos besa”, escribió la reina al Papa, según el texto original (en castellano antiguo) reproducido por Ollero Pina.

Antes de que la misiva pudiera surtir efecto, en 1502 los Reyes Católicos concedieron al Ayuntamiento de Sevilla una Real Cédula para la fundación de una nueva universidad. Aquel gesto de la monarquía levantó ampollas en Salamanca, donde se redactó una queja formal por este trato de favor, temiendo que Sevilla pudiera acabar con su hegemonía académica. Tres años más tarde, el papa Julio II decretó también la ansiada bula que daba luz verde a la enseñanza de Artes, Lógica, Filosofía, Teología, Derecho Canónico y Derecho Civil en nuestra ciudad. Así las cosas, llegados a este punto, Sevilla reunía todo lo necesario para construir su facultad. De sus primeros pasos hablaremos en el siguiente artículo.

Rodrigo de Triana

rodrigo de trianaRodrigo de Triana, (?, 1469 – ?, ?), fue un marinero andaluz de finales del siglo XV, acompañante de Cristóbal Colón en su primer viaje del descubrimiento de América.Existen dudas acerca de su lugar de nacimiento. Dependiendo de la hipótesis, también varía la creencia de su verdadero nombre. Se cree que pudo nacer en Los Molinos (Sevilla) y residiera en el barrio de Triana. También se baraja que naciera en Coria del Río o en la localidad onubense de Lepe como apuntan otras versiones. Aunque el único documento histórico del que se tiene constancia es el diario de a bordo de Cristóbal Colón (se encuentra en el Archivo de Indias, Sevilla).

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