Los antiguos kioskos del agua

puesto aguaA finales del siglo XIX se produjeron grandes movimientos migratorios del campo a las ciudades y éstas empezaron a tener un serio problema con el abastecimiento de agua. Sevilla no fue una excepción y necesitó un tiempo para equilibrar la oferta y la demanda del bien más preciado del mundo. Así las cosas, la primera solución planteada por el Ayuntamiento fue multiplicar las fuentes públicas (llegaron a coexistir 42), que habían tenido una gran aceptación en zonas muy transitadas como por ejemplo la Plaza del Pacífico (actual Magdalena). Sin embargo, esta medida no fue suficiente para contrarrestar el aumento de la población, sin obviar que la calidad del agua también dejaba mucho que desear.

De este modo, el Ayuntamiento promovió la instalación de kioskos de agua a lo largo y ancho de la ciudad con un diseño más o menos estandarizado, aunque algunos tenían un cerramiento de cristales y otros no. Mientras llegaban a las zonas de la periferia, la tradicional figura del aguador de Sevilla recuperó su vigencia y allí donde no había infraestructuras siempre se escuchaba su voz y se veían sus búcaros. No obstante, con el paso del tiempo sus clientes se volvieron más exigentes tanto en cantidad como en variedad (pedían vinos, licores, refrescos…), de ahí que le resultara materialmente imposible transportar tanto líquido y mantenerlos a buena temperatura.

Fue ésta la razón por la que los aguadores se volvieron sedentarios y optaron por regentar los puestos de agua, que se hicieron muy populares en Sevilla durante varias décadas. Dichos establecimientos son ahora motivo de actualidad porque la próxima portada de la Feria se inspirará en ellos. El autor del proyecto, el arquitecto Gregorio Esteban Pérez, ha apostado por las tonalidades primaverales (predomina el azul) y ha tomado como modelo el puesto que  en su día estaba situado frente al Palacio de San Telmo. La estructura medirá cincuenta metros del altura por cuarenta de ancho e incluirá una alusión al 50 aniversario de la coronación de la Virgen de la Macarena. 

La Casa de la Ciencia expone desde hoy una muestra fotográfica sobre cultura rural

Casa de la CienciaAtalantar´ ofrece una completa visión de la cultura rural a través de 66 fotografías de gran formato, obra de algunos de los mejores fotógrafos españoles, entre ellos Xurxo Lobato, José Antonio Martínez, Ángel Araújo, Ramón Masats, Francisco Ontañón o Domi Mora, que han querido rendir un homenaje a aquellos que hicieron de la tierra su medio de vida.Desde este miércoles y hasta el próximo 3 de octubre se podrá visitar en la Casa de la Ciencia de Sevilla, centro de divulgación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ´Atalantar, de la cultura rural al desarrollo sostenible´, una exposición fotográfica espectacular al aire libre sobre el mundo rural español, desarrollada por Lunwerg Editores y el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Según ha informado el CSIC en un comunicado, ´Atalantar´ ofrece una completa visión de la cultura rural a través de 66 fotografías de gran formato, obra de algunos de los mejores fotógrafos españoles, entre ellos Xurxo Lobato, José Antonio Martínez, Ángel Araújo, Ramón Masats, Francisco Ontañón o Domi Mora, que han querido rendir un homenaje a aquellos que hicieron de la tierra su medio de vida.Atalantar, la palabra que da nombre a la exposición, es un término de la cultura rural que ya apenas se utiliza pero que significa cuidar, mimar, acariciar, entre otras acepciones. «Es uno de los términos más hermosos de nuestro léxico y con una clara vinculación al sentido de la hospitalidad que, en no poca medida, caracteriza a la cultura rural. Ha quedado restringida a unos pocos lugares, como las sierras centrales extremeñas donde, además, se le da el sentido de compartir, casa y comida, es decir de amable invitación.

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