La crisis del paraguas

En Sevilla pasamos del blanco al negro en un abrir y cerrar de ojos. Si hace unos meses repasábamos las inundaciones históricas y las nevadas que se habían producido en nuestra ciudad, ahora nos toca hablar del periodo de sequía que atravesamos. Y es que a nadie se le escapa que, después de unos años de bastantes lluvias, las precipitaciones han empezado a brillar por su ausencia e incluso nos cuesta recordar cuándo fue la última vez que salimos a la calle con el paraguas en la mano por temor a un buen chaparrón. Pues bien, los datos son demoledores y dejan una conclusión muy clara: estamos viviendo el invierno más seco de los últimos setenta años.

Por descontado que el problema de la sequía no es exclusivo de Sevilla. Sin ir más lejos, en ciudades como Barcelona o Málaga han trascurrido 50 días sin ver caer nada del cielo. Lo que ocurre es que en la capital hispalense tenemos una especial sensibilidad hacia este fenómeno climatológico, ya que aún permanecen en nuestras retinas las restricciones de agua de las décadas de los ochenta y noventa, las imágenes de los pantanos bajo mínimos, la de los camiones cisternas llegando a algunos municipios, etc. Eran tiempos no demasiado lejanos en los que abrir el grifo por la noche no servía absolutamente para nada.

Por suerte, salvo sorpresa mayúscula, no llegaremos a ese extremo. Y eso que el último trimestre ha sido el segundo más seco en Sevilla desde que se tienen datos, con sólo 20 milímetros cúbicos registrados, pero gracias a los avances en ingeniería, que permiten una administración del agua mucho más eficiente que antaño, la situación no es dramática. Además, los expertos auguran una primavera lluviosa, y aunque no conseguirá salvar las cosechas, sí permitirá apagar el sonido de la alarma en los embalses. Ahora sólo falta cruzar los dedos para que las predicciones se cumplan… y den una tregua durante la Semana Santa y la Feria de Abril.

Un redoble por ‘El Peregil’

El nombre completo de José María Pérez Blanco sólo aparecía en su DNI, ya que todo el mundo le conocía como Pepe ‘El Peregil’. Falleció el pasado viernes tras una larga enfermedad, dejando apesadumbrados a todos los que le conocían personalmente y a los que le admiraban profesionalmente. El 28 de febrero de 2012 iba a ser nombrado hijo predilecto de Manzanilla (Huelva), así que no tuvo tiempo de recibir la distinción de su pueblo natal, aunque a decir verdad, fue en Sevilla donde pasó la mayor parte de su vida. De hecho, en 2009 fue galardonado con la Medalla de Oro de Sevilla y amaba tanto la ciudad, que nadie puede poner en duda que era un sevillano de pura cepa, y para más señas, bético hasta la médula.

Empezó a darse a conocer dentro del mundo musical a los 25 años de edad tras ganar un popular concurso de radio y con el paso de los años demostró con creces que era un artista tremendamente polifacético. Lo mismo brillaba con el flamenco, que cantando villancicos, sevillanas o saetas. Este último registro le ligó mucho a la Semana Santa y no es ninguna casualidad que fuera hermano de las cofradías de La Cena, El Museo, La Exaltación y El Rocío. Su personalidad abierta, dicharachera y alegre también le permitió destacar en el arte del humor e incluso llegó a editar un libro de esta temática en 2003, titulado ‘Ocurrencias de Pepe Peregil’. Su ‘modus operandi’ consistía en apuntar en un cuaderno los chistes que escuchaba en su bar y luego narrarlos a su manera con un estilo muy peculiar.

Y es que no hay que olvidar que ‘El Peregil’ pasó prácticamente más tiempo detrás de la barra que encima de los escenarios. Regentaba la taberna Quitapesares, en la plaza Padre Jerónimo de Córdoba, junto a Santa Catalina, un barrio en el que se sentía como pez en el agua. Allí prosperó como hostelero, creando un ambiente inimitable dentro de sus paredes y atrayendo a los personajes más singulares de la ciudad. Con su fallecimiento se va un pequeño trozo de Sevilla al cielo, aunque los que siguen en el mundo terrenal le recordarán con descripciones como la que hizo el periodista Joaquín Arbide: “Hablar con él era estar en una carcajada continua. Era un hombre extrovertido, muy abierto, sencillo, muy primitivo en el mejor sentido del término, sin dobleces, educado, amigo de sus amigos…”.

Nueva localización: Tesoro de la Hermandad de la Macarena

Tesoro de la MacarenaHoy estrenamos una nueva localización. En los próximos días podremos recorrer el interior del museo de la Hermandad de la Macarena, algo realmente espectacular. Un servidor el día que tomo las fotografías quedo admirado de la cantidad de enseres e historia que este museo alberga. Sin duda un lugar que no podemos dejar de visitar.

 

 

Tesoro de la Macarena 1º

Se busca muñidor

juan fco guillénJuan Francisco Guillén cuelga las esquilas para ser hermano mayor de la Mortaja.

Ti-lín… ti-lón. El Viernes Santo pasado, sobre el empedrado compás del antiguo convento de la Paz, Juan Francisco Guillén Gómez hacía sonar las campanillas del muñidor de la Mortaja por última vez. Sólo él y el hermano mayor sabían que aquélla iba a ser su última Semana Santa vistiendo el ropón negro y la medalla de la hermandad colgada al cuello.El hombre que ha puesto rostro durante los últimos 25 años a uno de los personajes más carismáticos de la Semana Santa sevillana cuelga las esquilas para a partir del próximo domingo -día de jornada electoral en Bustos Tavera con una única candidatura- abrazar la vara dorada de hermano mayor. «En realidad -matiza- la decisión de no salir más como muñidor fue anterior a la de presentarme a hermano mayor. Creo que ya era hora de dar paso a otra gente. He disfrutado mucho en estos años, pero tengo ganas de salir de nazareno».Este abogado de 45 años fue en 1986 el primer hermano de la cofradía que se decidió a encarnar un puesto que hasta entonces era remunerado, «como eran otros muchos: los ciriales, la gente que va detrás del preste… Ten en cuenta que por entonces no había casi nazarenos».

Continuar leyendo «Se busca muñidor»

Asenjo actúa de oficio para zanjar el asunto de las cofradías sin nazarenas

nazarenasEn 1985 cinco hermanas de Los Javieres -curiosamente una hermandad de negro- salían por primera vez de nazarenas en Sevilla. Lo hicieron de tapadillo y a modo de prueba con el beneplácito de la junta de gobierno y del entonces arzobispo Carlos Amigo Vallejo, únicas personas que estaban en el secreto. Veintinco años después de aquel arriesgado episodio, las hermandades de Sevilla están a punto de cerrar el círculo de la igualdad en sus filas nazarenas, aunque para ello sea necesario un último empujón del legislador diocesano.2011 será el año en que todas las hermandades de Sevilla permitan la salida de mujeres en sus cortejos procesionales.

Continuar leyendo «Asenjo actúa de oficio para zanjar el asunto de las cofradías sin nazarenas»