Cuando los aviones se destinaban casi exclusivamente para fines militares, la mejor manera de volar placenteramente era a través de un zepelín. Este medio de transporte tuvo una vida efímera, pero bastante intensa. De hecho, la primera vez que sobrevoló el cielo sevillano (el 14 de abril de 1929) causó muchísimo furor, extendiendo el deseo de probarlo entre los ciudadanos y el de explotarlo entre empresarios y gobernantes.
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Sánchez Mejías: el torero más polifacético
Para definir a Ignacio Sánchez Mejías se necesita tener a mano un diccionario. No en vano, son muchas las palabras que servirían para describir la personalidad y las andanzas de este sevillano de pura cepa que nació en 1891 en el seno de una familia acomodada de quince hermanos. Con sus parientes compartía la sangre y el inevitable vínculo emocional, pero nada más, ya que sus inquietudes eran totalmente diferentes. Buena prueba de ello es que siendo un adolescente hizo las maletas y se escapó de casa a hurtadillas en busca de aventuras.
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Las huellas del Señor del Gran Poder
‘Las huellas del Señor’. Así se llama la exposición que ha organizado la Hermandad del Gran Poder con motivo del cincuenta aniversario de la construcción de su templo actual. Elegante, sencilla, imponente… la muestra es un fiel reflejo de la corporación y pretende poner en relieve la relación entre su Titular y los sevillanos a través de un conjunto de fotografías, lienzos y palabras. Todos estos elementos están dispuestos para que los visitantes realicen un recorrido histórico desde la fundación de la hermandad (1477) hasta su traslado definitivo a la Basílica de Jesús del Gran Poder, en el barrio de San Lorenzo.
La exposición, que ha sido acogida por el Real Círculo de Labradores (calle Pedro Caravaca), fue inaugurada el pasado 26 de mayo y podrá visitarse hasta el próximo 14 de junio en horario matutino (de 10:00 a 14:00) y vespertino (de 17:00 a 21:00). Todas y cada una de las piezas que se están exhibiendo tienen su encanto, pero hay dos de ellas que está llamando especialmente la atención por su originalidad. Nos referimos a dos enormes mosaicos de tres metros de altura (uno en blanco y negro, y otro a color) que han sido capaces de representar el rostro del Señor del Gran Poder con las caras de más de 5.000 hermanos de la corporación (procedentes de las fichas de inscripción). El trabajo, obra de Frank Lorca, persigue recrear “un rostro en el que caben todos los rostros y todos los tiempos”.
Emilio Lledó, un filósofo ejemplar
Los Premios Princesa de Asturias (antes Príncipe de Asturias) no están al alcance de cualquiera. No en vano, son los galardones más prestigiosos que se entregan en nuestro país y distinguen a las personas que más bien hacen por la ciudadanía en sus diferentes ámbitos. Este año, en la categoría de Humanidades, el condecorado ha sido el sevillano Emilio Lledó, filósofo y miembro de la Real Academia Española desde 1994.
Manuel Molina: el último rasgueo
“Que nadie vaya a llorar el día que yo me muera; es más hermoso cantar, aunque se cante con pena”. El mundo del flamenco no ha podido cumplir el deseo de Manuel Molina, que falleció el pasado martes 19 de mayo casi sin tiempo para despedirse, pues se había negado a recibir tratamiento para la enfermedad que le diagnosticaron hace tan sólo unos meses.
Hablar de Manuel Molina es hablar de un artista de los pies a la cabeza. Nació hace 67 años en Ceuta, se crio en Algeciras, donde labró una amistad con Paco de Lucía, y terminó haciéndose hombre en Triana, el lugar que más le marcó. Fue su padre quien le enseñó a tocar la guitarra y ya en la adolescencia comenzó a hacer sus primeros pinitos en la música, formando parte de grupos tan variopintos como ‘Los Gitanillos del Tardón’, en el que coincidió con Chiquetete, o ‘Smash’, claramente influenciado por el rock progresivo. De semejante cóctel salió el germen del denominado rock andaluz, aunque la patente de este estilo es compartida con Jesús de la Rosa.
Polillas falsas y pasajeras
Probablemente las habrán visto recientemente y las seguirán viendo durante un tiempo más, pero no se asusten: son totalmente inofensivas. Hablamos de las falsas polillas que invadieron Sevilla la semana pasada y que parecen haber encontrado acomodo en nuestras viviendas, donde han provocado más de un susto al abrir una puerta o tras pulsar el interruptor de la luz. Cabe reseñar que no son polillas como las que dejan huella en los muebles de madera y en la ropa, sino otras especies diferentes. De hecho, están consideradas como mariposas nocturnas.
Los códices que nunca viste
Siempre es un buen momento para visitar el Real Alcázar de Sevilla, pero actualmente hay un motivo adicional. Y es que la Sala Cantarera, que siempre había estado cerrada al público porque hacía las veces de almacén, ha sido habilitada por primera vez como espacio expositivo. Hablamos de un recinto que fue construido por Alfonso X en el siglo XIII y redecorado por Felipe II tres centurias más tarde, cuando pasó a formar parte del Palacio Gótico. Su gran atractivo reside en su vistosa azulejería, que fue encargada a Cristóbal de Augusta, el mejor ceramista de la época, en el año 1577. Fueron las primeras baldosas planas policromadas que llegaron a la capital hispalense.
Las tortas de Castilleja de la Cuesta
En España sólo hay cuatro productos que cuentan con el sello ETG (Especialidad Tradicional Garantizada): la leche certificada de granja, los panellets, el jamón serrano y las tortas de aceite de Castilleja de la Cuesta. Esta prestigiosa distinción sólo es otorgada por la Unión Europea a aquellos alimentos artesanales y saludables que cumplen unos requisitos de calidad superiores a la media y poseen rasgos que le diferencian de todos los de su categoría.
La historia de Castilleja de la Cuesta, localidad situada a tan sólo 5 kilómetros de Sevilla capital, está estrechamente ligada a la de sus tortas de aceite. No en vano, se tiene constancia de que ya se elaboraban en el pueblo a finales del siglo XIX, aunque el despegue definitivo se produjo en el primer tercio del siglo XX. Dos mujeres, Inés Rosales y Concepción Cansino, fueron pioneras en el arte de elaborar y comercializar (cada una por su lado) las tortas de aceite y polvorón. Obviamente, empezaron desde abajo, transportando sus productos caseros en canastos y vendiéndolos de casa en casa, primero en Castilleja de la Cuesta, y posteriormente en la capital hispalense, pero pronto la demanda se disparó y tuvieron que instalar hornos en sus domicilios para satisfacer a una clientela cada vez mayor.
Nuestra particular Altamira
La cueva de Altamira, situada en el municipio santanderino de Santillana del Mar, es famosa por albergar las pinturas más antiguas de España. Algunas tienen nada más y nada menos que 33.000 años de existencia y son imprescindibles para entender la Prehistoria, o lo que es lo mismo, el origen más remoto de la especie humana. Dado que Cantabria nos ‘pilla’ un poco lejos, hoy vamos a hablar del sitio más parecido que podemos hallar en nuestra tierra. Hilando fino, podríamos decir que, si limitásemos el perímetro a Sevilla y su provincia, el equivalente a Altamira lo encontraríamos en la Sierra Norte de Sevilla, y más concretamente, en el municipio de Almadén de la Plata, ubicado a 70 kilómetros de la capital hispalense.