Buenos días, amigos de Sevilla.
Buenos días, de agua de mayo.
Esta agua de mayo, si es suave, si es caladera, beneficia los cultivos.
Y con esta agua de mayo me encanta pasear por Sevilla.
Estoy en el barrio del Arenal.
Me he tomado un café con calentitos en el arco del Postigo.
Calentitos. Esa es la palabra sevillana.
!Y qué bien lo define! Porque un calentito frío, tiene miga. Una miga incomible y correosa.
Ahora voy a entrar en el Hospital de la Santa Caridad.
Si os he dicho que he desayunado no es por decir, es que me lo van a preguntar.
Bueno, me lo preguntarían allá por el siglo XV.
En este hospital se acogía a enfermos y a necesitados y nada más necesario que matar el ayuno.
Este edificio se construyó en el siglo XV y es la mejor muestra del barroco sevillano.
Don Miguel de Mañara fue el impulsor, entre otros.
A Mañara se le ha llamado “el verdadero Don Juan”, porque se dice que Zorrilla se inspiró en él, o lo cogió de modelo, o es el mismísimo Don Juan en carne y hueso.
¿Quién sería Doña Inés?
Dejo a los eruditos y a los curiosos esta cuestión y me dedico a contemplar, con los ojos muy abiertos, la belleza que desborda los sentidos.
Azulejería, esculturas, pinturas…. La fachada ya nos invita a entrar. Y sólo por la fachada ya merece la pena llegar hasta aquí.
Dentro hay cuadros de Valdés Leal, de Murillo, algunas cositas de Zurbarán, y unas esculturas de Pedro Roldán.
La capilla, su retablo, el patio, la sala de cabildos…
No os adelanto más.
Esto es para animaros a venir y pasar una mañana o incluso dos, recreando la vista.
Otro día, una vez que lo hayáis visitado, comentaremos más cosas.
Animo a todos a disfrutar de esta belleza, considerada bien natural del Patrimonio artístico de España.
Yo me quedo con la gracia y el arte de su barroco.
Amenazo con volver.
Buenos días, amigos de Sevilla.
Buenos, y de agua de mayo.
Manuela Sosa Martin.