La herencia de Castillo Lastrucci

El 27 de febrero de 1882 nació uno de los mejores escultores que ha dado la ciudad de Sevilla: Antonio Castillo Lastrucci. Lo hizo en el seno de una familia que se dedicaba a la venta de sombreros y era el tercero de cuatro hermanos. Quiso el azar que justo en frente de su domicilio se encontrara el taller del que a la postre sería su mentor, el también laureado Antonio Susillo, a quien conoció siendo niño. La destreza del crío a la hora de hacer figuritas de terracota llamó la atención del maestro, que no dudó en reclutarle y enseñarle el oficio. Así las cosas, cuando ingresó en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla, ya poseía muchos conocimientos y era el alumno más aventajado.

Como era de esperar, empezó a ganar muchos concursos de talento y en 1915 la Diputación de Sevilla le concedió una beca para formarse en los museos de París y Roma. La capital transalpina no la llegó a visitar por culpa del estallido de la I Guerra Mundial, pero en tierras galas sí se empapó de cultura. Tras hacer una intensa escala en Madrid, volvió a Sevilla para poner en práctica todo lo aprendido y decidió abrir un pequeño taller. Pronto le llegó el encargo que le cambió la vida: la construcción de las imágenes del Misterio de Cristo ante Anás, de la Hermandad de la Bofetá, que salieron a la calle por primera vez en 1923. Tanto los hermanos de la corporación como el público en general quedaron gratamente satisfechos con el resultado, de ahí que a partir de entonces le llovieran los pedidos.

Se puede decir que a partir de los 40 años, es decir, en plena madurez, Castillo Lastrucci se dedicó por completo a la imaginería religiosa. Muchas tallas fueron destruidas o dañadas durante la Guerra Civil y a él le tocó reponerlas o restaurarlas. Con paso firme, fue granjeándose un prestigio y recibiendo llamadas no sólo de Sevilla y su provincia, sino también de todos los puntos de España. Su nombre evoca inevitablemente a nuestra Semana Santa, ya que muchas de las imágenes que desfilan por la capital hispalense llevan su sello: el Cristo de la Buena Muerte (La Hiniesta), la Virgen de la O, la Virgen del Rocío (El Beso de Judas) y un largo etcétera. En total, se le atribuyen más de 450 imágenes y los entendidos en la materia destacan especialmente su capacidad para esculpir los crucificados, cada uno con sus propios rasgos, todos ellos imprescindibles.

El Ayuntamiento contribuirá a poner en valor el Mercado de Artesanía en El Postigo

postigo  Conviven la artesanía tradicional y los diseños de vanguardia de una veintena de artesanos de la ciudad, que allí exponen a la venta sus creaciones de forma permanente.El delegado de Economía y Empleo del Ayuntamiento de Sevilla, Carlos Vázquez (IU), ha anunciado la apertura de una línea de colaboración directa entre su departamento municipal y los diferentes colectivos que, agrupados en torno a la Asociación ´Taller 20´, se encuentran ubicados en la actualidad en el Mercado de Artesanía de El Postigo. Vázquez ha hecho público este compromiso en el marco de una visita que ha realizado, junto con el primer teniente de alcalde de la ciudad, Antonio Rodrigo Torrijos (IU), a esta galería de arte, donde conviven la artesanía tradicional y los diseños de vanguardia de una veintena de artesanos de la ciudad, que allí exponen a la venta sus creaciones de forma permanente.Tanto Vázquez como Torrijos han felicitado a los pequeños empresarios implicados en este proyecto y han elogiado el «gran esfuerzo» que han llevado a cabo para renovar y poner en valor la antigua lonja municipal, a través de una reforma acometida con sus propios medios, que concluyó en junio del año pasado.El responsable de Economía y Empleo ha calificado de «inmejorable» el resultado de estos trabajos y ha manifestado la intención de su departamento de «hacer lo posible y lo imposible» para ayudar a potenciar aun más este privilegiado enclave de la calle Arfe.

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