A diferencia de otros países europeos, en los que la red ferroviaria adquiere un enorme protagonismo en el día a día de sus ciudadanos, en España siempre hemos preferido el coche y sobre todo el avión (desde que se puede volar) para hacer trayectos medios y largos. No obstante, esa tendencia se está invirtiendo en los últimos tiempos, sobre todo tras la implantación de las líneas de alta velocidad. Y para muestra, un botón: el AVE que conecta Sevilla con Valencia ya tiene más pasajeros que el vuelo que une la capital hispalense con la del Turia.
Al AVE le han bastado sólo dos años para darle la vuelta a la tortilla, ya que en junio de 2012, cuando se puso en marcha esta línea, la cuota de mercado era de un 85% para el avión y sólo un 15% para al tren. Ahora las tornas han cambiado, pues el tren acapara el 60% del tráfico y el avión el 40%. Algún escéptico podría pensar que este vuelco se debe a la caída a la caída de un medio de transporte y no a la subida del otro, pero no es el caso, ya que el número de viajeros del tren Sevilla-Valencia aumentó de un año para otro en un 28%, que se traduce en 210.000 personas más.
Obviamente, una de las claves de este cambio ha sido el abaratamiento de los billetes de tren, así como la aplicación de promociones especiales en determinadas fechas del año. Desde que se habilitó esta conexión, Renfe oferta dos trenes directos al día, con paradas intermedias en Córdoba, Puerto Llano, Ciudad Real y Cuenca, con una duración aproximada de tres horas y 50 minutos. O lo que es lo mismo, la mitad de lo que tardan en llegar los ferrocarriles convencionales en la misma ruta. Por último, cabe destacar que entre el 27 de julio y el 31 de agosto estará operativa la línea Sevilla-Alicante, con el objeto de fomentar el trasvase de turistas durante el periodo vacacional.