El sonido de las Tres Caídas

Corría el mes de mayo de 1980 cuando un grupo de jóvenes de la Hermandad de la Esperanza de Triana fundaron la Banda del Santísimo Cristo de las Tres Caídas. Capitaneados por Juan Ignacio Fernández Rojas (propulsor) y Manuel García Pérez (primer director), adoptaron la forma de las agrupaciones musicales que tan de moda estaban en aquellos tiempos y tocaron detrás del paso del misterio de su cofradía antes de celebrar su primer cumpleaños. No de un día para otro pero sí de manera progresiva, las cornetas y los tambores fueron imponiéndose y cambiando el estilo de la banda, sobre todo cuando Julio Vera, el alumno más aventajado de aquella nueva formación, tomó las riendas en 1986.

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La Catedral de Triana

Sevilla y Triana, Triana y Sevilla. Tan diferentes y tan unidas  al mismo tiempo. Como dos hermanas siamesas que se afanan en resaltar las particularidades de cada una, aunque delante del espejo parezcan dos gotas de agua. Antiguamente, casi todo lo que podías encontrar a un lado del río Guadalquivir lo podías encontrar también en el otro, y el ejemplo más ilustrativo es que Triana contaba con su propia’ catedral’. Y no nos estamos refiriendo a un templo que quedó derruido y olvidado con el paso del tiempo, sino a la Iglesia de Santa Ana, hacia donde se dirigían las hermandades del barrio durante la Semana Santa para realizar estación de Penitencia.

Hablamos de la primera iglesia de planta exclusivamente cristiana que se levantó en Sevilla (no tomó prestado ningún elemento de las mezquitas de la época). Según reza una de las inscripciones de sus muros, Alfonso X ordenó su construcción tras haberse recuperado de una dolencia en los ojos, curación que atribuyó a un milagro de Santa Ana, de ahí que acuñara este nombre. En su edificación participaron todos los jornaleros que vivían en los alrededores del Castillo de San Jorge… y también buena parte de las tropas castellanas, habida cuenta de que se encontraba extramuros. Por esta misma razón, la iglesia estuvo fortificada durante un tiempo para preservar su seguridad.

Las obras comenzaron en 1276, de ahí ya se estén preparando diferentes actos para conmemorar el año que viene su 750 aniversario. Entre ellos, una doble salida procesional de su Titular, una exposición de su rico patrimonio, la edición de un libro, la celebración de conferencias y cultos extraordinarios, etcétera. Según la comisión organizadora, el proyecto puede resumirse en una cita – Santa Ana, radix ubérrima – que alude a la fidelidad que han mostrado sus devotos a lo largo de los siglos. Dicha frase se ha convertido, además, en el eslogan del aniversario.  

La baranda de la calle Betis

El tema de la baranda de la calle Betis es realmente espinoso. Por un lado, todos queremos pasear por lugares seguros, sobre todo, después de haber sido testigos indirectos del trágico accidente de Sylwia Rajchel, una joven polaca de 23 años que perdió el equilibrio al intentar hacerse un ‘selfie’ y cayó trágicamente al río, donde murió ahogada. Y por otro, todos queremos pasear por lugares bonitos y contemplar las mejoras vistas sin tener que hacer más esfuerzos de los estrictamente necesarios. Desafortunadamente, ambas cosas parecen estar reñidas en el asunto que estamos tratando.

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Emilio Lledó, un filósofo ejemplar

Los Premios Princesa de Asturias (antes Príncipe de Asturias) no están al alcance de cualquiera. No en vano, son los galardones más prestigiosos que se entregan en nuestro país y distinguen a las personas que más bien hacen por la ciudadanía en sus diferentes ámbitos. Este año, en la categoría de Humanidades, el condecorado ha sido el sevillano Emilio Lledó, filósofo y miembro de la Real Academia Española desde 1994.

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Manuel Molina: el último rasgueo

“Que nadie vaya a llorar el día que yo me muera; es más hermoso cantar, aunque se cante con pena”. El mundo del flamenco no ha podido cumplir el deseo de Manuel Molina, que falleció el pasado martes 19 de mayo casi sin tiempo para despedirse, pues se había negado a recibir tratamiento para la enfermedad que le diagnosticaron hace tan sólo unos meses.

Hablar de Manuel Molina es hablar de un artista de los pies a la cabeza. Nació hace 67 años en Ceuta, se crio en Algeciras, donde labró una amistad con Paco de Lucía, y terminó haciéndose hombre en Triana, el lugar que más le marcó. Fue su padre quien le enseñó a tocar la guitarra y ya en la adolescencia comenzó a hacer sus primeros pinitos en la música, formando parte de grupos tan variopintos como ‘Los Gitanillos del Tardón’, en el que coincidió con Chiquetete, o ‘Smash’, claramente influenciado por el rock progresivo. De semejante cóctel salió el germen del denominado rock andaluz, aunque la patente de este estilo es compartida con Jesús de la Rosa.

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Un actor precoz

leonardoPor motivos que la razón no puede explicar, Triana ha sido siempre una excelente cuna de artistas. En sus inconfundibles calles nacieron y crecieron grandes cantantes, bailaores y toreros que cosecharon un éxito rotundo, pero no sólo debemos hablar de su cantera en pasado, sino también en presente y en futuro. Buena prueba ello es que en la pasada edición de la Velá de Santa Ana fue distinguido un niño de ocho años como ‘Trianero del año’. Responde al nombre de Leonardo Aguilar Naranjo y dejó el anonimato tras ingresar en el elenco de ‘Los Miserables’, el célebre musical basado en la obra de Víctor Hugo, y realizar una extensa gira por todo el territorio nacional.  

Su madre, que sabía mejor que nadie de su talento, le inscribió en el casting por internet, a sabiendas de que la prueba se realizaría en Madrid. En cualquier caso, el desplazamiento no fue una traba para Leonardo, quien destacó sobremanera sobre los 600 niños que se presentaron, adquiriendo así el papel de Gavroche, un crío tremendamente asunto que es capaz de timar a los adultos y unirse a la Revolución Francesa. Su actuación, así como el espectáculo en general, fueron muy bien acogidos tanto por la crítica como por los espectadores, de ahí que ya le lluevan las proposiciones para unirse a otros proyectos.

Con todo, cabe reseñar que Leonardo no era un ‘novato’ al uso cuando fue elegido para formar parte de ‘Los Miserables’. De hecho, a los cuatro años ya participaba en obras de teatro por las calles, a los seis ingresó en la escuela Viento Sur Teatro y en su currículum vitae ya figuran participaciones en un cortometraje, un videoclip, una serie de televisión emitida por internet y el musical ‘La Bella y la Bestia’. En resumidas cuentas, con tan sólo ocho años tiene mucha más experiencia en su campo que muchos adultos, pero, a pesar de su insultante juventud, mantiene los pies en el suelo, compagina su ‘profesión’ con su formación académica (acaba de terminar cuarto de Primaria) y espera seguir subiendo peldaños poco a poco para convertirse en un actor digno de un Oscar. 

El Cristo del Soberano Poder ante Caifás

san gonzaloLa primera imagen cristífera que tuvo la Hermandad de San Gonzalo la talló José Luis Pires Azcárraga en 1944 y procesionaba de espaldas al público, como lo hace actualmente el misterio de La Bofetá, acompañada de otras seis figuras. Sin embargo, en la década de los sesenta la corporación trianera decidió encargar un nuevo conjunto escultórico a Castillo Lastrucci y traspasar su antiguo titular a una hermandad de Jerez de los Caballeros (Badajoz). Para desventura de sus hermanos, sólo catorce años después, en 1976, el deterioro del Cristo del Soberano Poder ante Caifás obligó a solicitar una nueva cabeza a otro imaginero: Luis Ortega Bru.

Así las cosas, podemos afirmar que la mayor parte del cuerpo es obra de un autor (Castillo Lastrucci) y el rostro, de otro (Luis Ortega Bru). El resultado, lejos de ser discordante, muestra una de las tallas más preciadas de la Semana Santa de nuestra ciudad. El Cristo del Soberano Poder mide 185 centímetros de altura, fue realizado en madera de pino de Flandes y está completamente anatomizado. Su disposición física, con la cabeza inclinada hacia abajo, las manos atadas y las piernas separadas, sugiere que esquiva la mirada de Caifás mientras ambos andan.

Es precisamente su caminar uno de los elementos más llamativos del Lunes Santo. La clave reside en la flexión hacia adelante de la pierna derecha y el firme apoyo de su correspondiente pie, así como la posición de la pierna izquierda, atrasada y sostenida con el impulso de los dedos del pie. De esta manera, no posee la zancada de un Nazareno, pero tampoco la estática de un Cautivo, por lo que presenta un movimiento muy personal, gracias también, en gran medida, al valioso trabajo de sus cuadrillas de costaleros. Como último dato anecdótico, cabe destacar que la cabellera del Cristo del Soberano Poder ante Caifás era rubia, si bien con las últimas restauraciones ha sido oscurecida sin llegar al color negro de la mayoría de las imágenes. 

La Virgen de la O

virgen de la oLa Hermandad de la O, la primera de Triana que cruzó el río Guadalquivir e hizo estación de penitencia a la Catedral de Sevilla, también tuvo que padecer las vicisitudes de la Guerra Civil. No en vano, uno de sus titulares, Nuestro Padre Jesús Nazareno, resultó mutilado durante una de las revueltas, mientras que la imagen mariana quedó tremendamente deteriorada. Ante la dificultad que entrañaba la restauración, la junta de gobierno optó por encargar una nueva y fue entonces cuando el célebre escultor Antonio Castillo Lastrucci se puso manos a la obra y talló la actual Virgen de la O (1937) por un precio que hoy se nos antoja ridículo: 2.000 pesetas.

De advocación Dolorosa, aunque también de Esperanza, la imagen reúne todos los elementos distintivos de su autor (realismo, tez morena, ojos profundos y oscuros, boca entreabierta, cejas tensadas…), si bien guarda un razonable parecido con la escultura original de Pedro Roldán (1667). Mide aproximadamente 1,62 metros, presenta una postura erguida y coloca las manos a la altura de la cintura, aferrándose al pañuelo y al rosario. Su aspecto es jovial, de ahí que el dolor que transmite consiga cautivar con más motivo.

El paso de palio en el que procesiona cada Viernes Santo es el más grande de Sevilla y cuenta con siete trabajaderas. Trágicamente, fue atropellado por un tranvía que descarriló en la Plaza del Altozano en la Semana Santa de 1943. No hubo que lamentar víctimas mortales, aunque los daños materiales fueron considerables. Entre sus enseres, destaca especialmente el manto diseñado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda y confeccionado en hilo de oro sobre terciopelo burdeos por Guillermo Carrasquilla (1939). Por último, cabe destacar que la Virgen de la O, que se venera en la iglesia que lleva el mismo nombre y está situada en la calle Castilla, fue coronada canónicamente el 2 de junio de 2007.

El Colón sevillano

rodrigodebastidasLos libros divulgativos de Historia tratan de simplificar los acontecimientos más relevantes para que puedan ser comprendidos con facilidad. Por eso todos sabemos que Cristóbal Colón descubrió América en 1492, pero es evidente que una sola persona no pudo llevar a cabo semejante empresa. De hecho, está más que demostrado que el genovés no llegó a conocer muchos de los países que conforman el continente y la tarea de explorarlos correspondió a otros hombres. Y uno de ellos fue un sevillano que respondía al nombre Rodrigo de Bastidas.

Nacido en lo que hoy es Triana, Rodrigo de Bastidas acompañó a Colón en su segundo viaje a las Indias en 1493. Ocho años más tarde consiguió la licencia necesaria para poder rastrear por su cuenta nuevas tierras, zarpando desde Cádiz al mando de dos naves (San Antón y Santa María de Gracia). Fue el primero en divisar las costas colombianas y panameñas después de haber recorrido todo el litoral venezolano, y si no avanzó más fue porque sus barcos empezaron a flaquear y se vio obligado a atracar en Santo Domingo, donde los españoles tenían su base de operaciones. Una de sus naves naufragó, pero la otra, la que almacenaba el oro, logró resistir, y quizás por ello fue acusado de negociación ilegal con los indígenas.

Pese a todo, fue declarado inocente y entregó su botín a la Corona, razón por la cual se le fue asignada una pensión vitalicia, procedente de la producción anual de una provincia que él mismo había descubierto (Urabá). Regresó a España y vivió de las rentas con cierta comodidad, pero su cabeza seguía estando en América, de ahí que decidiera volver sobre sus pasos en 1525. Fue entonces cuando fundó la ciudad de Santa Marta (Colombia), donde era respetado por todos menos por su mano derecha, Juan Villafuerte, quien, ávido de poder y riquezas, orquestó una conspiración en su contra. Herido de consideración y sin poder fiarse de nadie, Rodrigo de Bastidas emprendió la huida en busca de un lugar seguro, pero sólo llegó a Santiago de Cuba, donde falleció en 1527.