La joya de La Cartuja (I)

El Monasterio de Santa María de las Cuevas, conocido popularmente como el Monasterio de La Cartuja, es una de las joyas menos conocidas de Sevilla. Quizás por estar situado lejos del casco antiguo y rodeado de edificios modernos, su valor histórico ha pasado un tanto desapercibido, aunque ni mucho menos ha caído en el olvido. Es más, en los últimos tiempos ha ido recuperado progresivamente su vitalidad, y buena prueba de ello es que en 1997 se convirtió en sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y en el rectorado de la Universidad Internacional de Andalucía.

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La Virgen del Socorro

socorroEstá perfectamente documentado que el Santísimo Cristo del Amor fue tallado por Juan de Mesa, pero en relación a la autoría de otro de los titulares de la hermandad, Nuestra Señora del Socorro, sí existen dudas sobre su autoría. Hay indicios de que fue el propio Juan de Mesa quien realizó la obra original, pues, al recibir el encargo de la imagen del Cristo en 1618, también se comprometió por escrito a esculpir “una hechura de imagen de Nuestra Señora, que sea de altura de dos varas, con sus manos y brazos de goznes, hasta medio cuerpo de escultura, la cual ha de ser de tristeza acabada en toda perfección y vista de oficiales que de ello entiendan”.

Otra teoría sostiene que la restauración llevada a cabo a principios del siglo XIX fue integral, de ahí que podamos estar hablando de otra talla diferente a excepción de las manos. La firma de dicha remodelación también es confusa, pues mientras unas pistas apuntan a Juan de Astorga, otras señalan a su hijo, Gabriel de Astorga. Lo que sí está fuera de toda duda es que Castillo Lastrucci retocó la zona de los en 1934 y que la fina mascarilla actual fue realizada por Francisco Buiza en 1967.

La Virgen del Socorro, que recibe culto en la iglesia del Salvador y procesiona cada Domingo de Ramos, es una de las imágenes más finas de la Semana Santa de Sevilla y se caracteriza principalmente por su elegancia en el vestir. De hecho, su paso de palio es una de las grandes joyas de la orfebrería hispalense y parece estar hecho a la medida de sus diferentes mantos y sayas. En su día, la Hermandad de El Amor contó con un palio ‘persa’, llamado así por sus amplias caídas y la presencia de bisutería decorativa (esmeraldas verdes y rubíes rojos), elementos que provocaban un movimiento muy original y una iluminación propia. Esta pieza de José del Olmo fue vendida a la Hermandad del Sagrado Descendimiento de Carmona en 1963.  

La Esperanza Trinitaria

TrinidadDurante muchos años se dio por sentado que la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, de la Hermandad de La Trinidad, fue tallada por Pedro Duque Cornejo, pero la aparición de un recibo confirmó la autoría de Juan de Astorga, que ya había esculpido previamente a la Virgen del Subterráneo (La Cena) y a la del Buen Fin (La Lanzada), entre otras. Existen muchos indicios que señalan que Fray José Cabello, a la sazón hermano y capellán de la corporación, fue quien sufragó personalmente los 900 reales que costó el encargo, el cual vio la luz en 1819.

El resultado fue realmente asombroso. De hecho, está considerada como una de las Dolorosas más bellas de la Semana Santa de Sevilla y ha servido como espejo para muchas obras posteriores. Si hubiese que reducir las emociones que transmite su rostro a una sola palabra, la que más se aproximaría sería ‘ternura’, pues su llanto, sin ser desgarrador, consigue que empaticemos con Ella de una manera directa y armónica. Curiosamente, el incontrolable sollozo abre sus labios y deja al descubierto una parte de su lengua, un detalle poco común en la imaginería hispalense.  

Desde el punto de vista morfológico, debemos reseñar que la imagen (de candelero) mide 1,58 metros, tiene la cabeza suavemente ladeada hacia la derecha y ha sido sometido a varias pequeñas restauraciones, las cuales, gracias al excelente estado de conservación, apenas han modificado los cánones originales. La Virgen de La Esperanza Trinitaria puede contemplarse durante todo el año en la Basílica Menor de Santa María Auxiliadora Coronada y cada Sábado Santo en las calles de Sevilla. Desfila en el tercer paso de la cofradía, que porta reliquias de San Juan Bosco (otro de los Titulares de la Hermandad) y cuyo techo fue bordado en terciopelo verde (color de la Esperanza) en 1945.  

La Hiniesta

hiniesta fotoEn anteriores artículos ya enumeramos algunas de las imágenes que tuvieron que ser reemplazadas por las revueltas anticlericales que se dieron en los años treinta, y en éste, desgraciadamente, añadiremos más a la lista. Hablamos de la Hermandad de la Hiniesta, que vio cómo su Cristo de la Buena Muerte y su Dolorosa original fueron destruidos en la quema de San Julián (1932). Solo un año después, Antonio Castillo Lastrucci talló otra imagen mariana, que a su vez se perdió en el incendio que asoló a la parroquia de San Marcos en 1936. Después de dos golpes muy dolorosos para la cofradía, el mismo autor elaboró una nueva Virgen en 1937 y un nuevo Crucificado en 1938, obras que sí han llegado a nuestros tiempos.

María Santísima de la Hiniesta Dolorosa fue elaborada en madera de cedro policromada, mide 1,61 metros de estatura y tuvo un costo presupuestario de 3.000 pesetas. Su bendición tuvo lugar en septiembre de 1937 en la iglesia de San Luis de los Franceses y guarda un gran parecido con la talla original. No en vano, conserva el dulce llanto, la cabeza inclinada hacia el lado derecho, la mirada baja y los rasgos joviales de una adolescente. Además, se ajusta perfectamente a los cánones de belleza del romanticismo andaluz, dada su piel morena y sus grandes ojos oscuros.

El trabajo de Castillo Lastrucci tuvo tan buena aceptación, que poco después de que desfilara por las calles de Sevilla el escultor recibió múltiples encargos de réplicas procedentes de toda la geografía española. Y es que su bellísimo rostro, su pequeña boca con labios encarnados y el sufrimiento que transmiten sus cinco lágrimas (dos en la mejilla derecha y tres en la izquierda) encandilaron desde el primer día. Ya en 1980, la restauración de Ortega Bru se encargó de suavizar los tonos de sus mejillas y de entreabrir sus labios, dejando al descubierto sus dientes superiores. La imagen puede contemplarse durante todo el año en la parroquia de San Julián y cada Domingo de Ramos en las calles de Sevilla.

La Paz

lapazLa imagen de María Santísima de la Paz fue tallada en 1939 por el escultor umbreteño Antonio Illanes Rodríguez. Había sido un encargo de una hermandad de la provincia de Sevilla, pero sus rectores no quedaron satisfechos con el resultado porque se parecía demasiado a la esposa del autor. Así las cosas, poco después fue mostrada en una exposición que tuvo lugar en la calle Rioja, donde llamó la atención de algunos hermanos de la Cofradía de la Paz, que acababa de ser fundada en el barrio de El Porvenir por un grupo de militares. La corporación no dudó en adquirirla y el 25 de julio de 1939 fue bendecida por don Francisco del Castillo, a la sazón director espiritual de la hermandad.

María Santísima de la Paz mide 1,63 metros y su busto fue elaborado con madera de pino, mientras que para el candelero se empleó caoba. Sus brazos están articulados y en la mano izquierda porta una rama de olivo, símbolo universal de la paz, que tiene unas connotaciones muy especiales habida cuenta de la fecha en que ‘nació’. Para la mayoría representa a una mujer madura cuya tristeza es serena y reposada, aunque otros ven en su rostro rasgos de niñez. En todo el conjunto del paso predomina el color blanco, dotándole de una originalidad muy preciada en el mundo ‘capillita’.

Es la primera Virgen que sale a la calle en la Semana Santa de Sevilla (Domingo de Ramos) y el cortejo de su cofradía lo abre un escuadrón a caballo con lanceros, batidores, timbal, banderín y ocho músicos. Su policromía fue restaurada por Sebastián Santos Rojas en 1955, mientras que en 1979 fue Francisco Arquillo quien reparó los daños ocasionados por un fuego fortuito. Entre sus enseres más destacados, figura la saya realizada en el taller de Manuel Solano, la donada por Rosa Zambrano, la toca de salida de Fernández y Enríquez, y el manto para Besamanos de los Sucesores de Esperanza Elena Caro. 

El hallazgo de Cuatrovitas

cuatrovitasHoy día relacionamos a la Virgen de Cuatrovitas con Bollullos de la Mitación, pero no todo el mundo sabe que la hermandad se fundó en Sevilla y que incluso llegó a procesionar en la capital hispalense. Sin embargo, por motivos que no han quedado del todo claros, la corporación se extinguió en 1749 y todas sus pertenencias fueron trasladadas a la localidad aljarafeña, donde estaba afincada su filial. ¿Y por qué tenía una filial en la provincia? Por una razón de peso: fue precisamente en Bollullos de la Mitación donde la imagen fue encontrada por un pastor durante la época musulmana.

Las reglas de la Hermandad matriz describen así el hallazgo. “Fatigado cierto pastor por la sed que le oprimía se dirigió para saciar su necesidad a un pozo, que lo halló todo iluminado con un resplandor extraordinario que le sorprendió, y aturdido y fuera de sí se encaminó con precipitada agitación a la inmediata Villa de Bollullos, y publicando esta novedad admirable, la Justicia, Ayuntamiento, Cura Párroco, Sacerdotes acompañados de muchas otras personas se dirigieron al referido pozo, donde cerciorandos de cuanto había declarado el Pastor procuraron averiguar en lo posible esta iluminante novedad. Advirtiendo que aquella claridad se comunicaba al Pozo por las estrechas concavidades de material de una de sus barrancas, y con este motivo se determinaron a desmoronar y franquear aquel sitio, donde encontraron una Cueva y en su fondo colocada la Imagen de Ntra. Madre y Señora la Virgen Santísima con la de su Santísimo Hijo en una de sus benditas manos, y en la otra mano como especie de un higo, que se ignora su significado”.

La imagen fue entronizada en una antigua mezquita (su actual ermita), recibió el nombre de Cuatrovitas por los cuatro árabes que habitaban su torre y empezó a ser venerada por hombres, mujeres y niños de la zona. La devoción fue en aumento con el paso de los años y los siglos, hasta tal punto de que en 1957 relevó a la Virgen de Roncesvalles como Patrona de Bollullos y en 1980 fue coronada canónicamente por el Cardenal de Sevilla, a la sazón José María Bueno Monreal. Cabe destacar también que desde el siglo XV viene celebrándose una romería en honor a ella el cuarto domingo de octubre, día en el que caballistas, hombres con trajes camperos y mujeres con traje de faralaes la acompañan durante los cinco kilómetros que separan el casco antiguo del pueblo de la ermita, en un ambiente festivo de cante, baile y palmas. 

Valme: la romería

valme romeriaPese a que desde un principio la hermandad fijó como fecha de salida el tercer domingo del mes de octubre, la primera Romería de Valme se celebró, debido a las fuertes lluvias que cayeron la semana anterior, el 28 de octubre de 1894. Fue (y sigue siendo) un traslado de la imagen desde iglesia parroquial de Santa María Magdalena (Dos Hermanas) a la antigua ermita del Cortijo del Cuarto (hoy Bellavista), donde Fernando III imploró ayuda divina. Para sufragar los cuantiosos gastos que ocasionaba el festejo, la corporación rifaba cabras, botellas de vino, rosarios y todo tipo de objetos que suscitaran interés. Sin embargo, estos sorteos dejaron de tener éxito a comienzos del siglo XX por una cuestión estrictamente económica, ya que los temporales de aquellos inviernos acabaron con las cosechas y restaron poder adquisitivo a los campesinos.

Así las cosas, desde 1901 hasta 1916 la romería no se celebró. Fue una etapa de decadencia que culminó gracias a la intervención de Juan Antonio Carazo Gómez, a la sazón alcalde de la localidad, quien puso dinero de su bolsillo para recuperar la tradición. De esta manera, la romería de Valme volvió con más fuerza que nunca, recibiendo peregrinos, caballistas, carretas y predicadores de toda la provincia. Lamentablemente, los años 20, calificados como “dorados’ por la propia hermandad, dieron paso a otro periodo oscuro en su existencia: el de la II República y la posterior Guerra Civil.

A partir 1931 el Ayuntamiento puso trabas a las actividades religiosas y la Virgen de Valmen se vio obligada a permanecer en su templo de nuevo. Los devotos tuvieron que esperar hasta 1950 para ver recobrada la normalidad, aunque el relanzamiento definitivo no se produjo hasta una década más tarde. En esta época, se empezaron a celebrar pregones en honor a la imagen, la carreta adoptó el modelo de exorno actual y se inició una campaña de difusión de la romería, alcanzando cifras de participación superiores a las 100.000 personas. Este decisivo impulso quedó inmortalizado con la coronación canónica que tuvo lugar en 1973 y allanó el camino para los años venideros. Precisamente del presente de la romería hablaremos en el siguiente y último artículo dedicado a esta temática.  

Valme: la primera plegaria

ermita2En el año 1248 Fernando III conquistó Sevilla tras un asedio prolongado que hizo mella dentro y fuera de las murallas. Tanto es así que, cuando las fuerzas, la moral y los suministros de sus tropas escaseaban, el monarca fue al Cerro de Cuarto (también llamado Buenavista, hoy Cortijo del Cuarto) para implorar la ayuda de la Virgen que llevaba consigo. “¡Váleme, Señora, que si te dignas hacerlo, en este lugar te labraré una capilla, en la que a tus pies depositaré como ofrenda, el pendón que a los enemigos de España y de nuestra Santa Fe conquiste!”, pronunció. A renglón seguido, y siempre según la leyenda, ordenó al maestre Pelay Pérez Correa que clavara su espada en el suelo, un hecho que provocó instantáneamente el nacimiento de un manantial (Fuente del Rey).

El agua sació la sed de los soldados y recobró el ánimo por tomar la capital hispalense, algo que terminaría sucediendo. Y para agradecer el milagro, Fernando III cumplió su palabra, construyó una ermita en el lugar de las plegarias y dejó allí su querida imagen, la Virgen de Valme, que presentaba a María sentada con su hijo en brazos. A partir de entonces, los lugareños de lo que hoy es Dos Hermanas empezaron a venerar la imagen, mientras que los campesinos de las zonas colindantes tomaron aquel emplazamiento como un lugar de peregrinación.

No obstante, y a tenor de la documentación que existe en la actualidad, la hermandad no fue creada hasta el siglo XVII, cuando la Virgen era llevada el segundo día de Pascua de Pentecostés a la iglesia del casco antiguo para rogar auxilio divino si ocurría alguna catástrofe (muy frecuentes en aquellas fechas en forma de inundaciones, sequías, guerras, enfermedades contagiosas, etcétera.). Ya en el año 1800, y como consecuencia de una epidemia de fiebre amarilla, la imagen fue trasladada a la parroquia del pueblo, donde quedó expuesta de manera indefinida. La primera romería de Valme se celebró casi un siglo después, pero de ella hablaremos detenidamente en el siguiente artículo. 

Las “Carretas chicas” de Gines

Carretas Chicas GinesLas tradicionales “Carretas chicas” de Gines han vuelto a recorrer en estos días las calles de la localidad anunciando la ya inminente Romería de Pentecostés 2013, dejando a su paso estampas inolvidables que anuncian que en el pueblo ya se vive intensamente el Rocío.

Las “Carretas chicas”, cuyo origen se remonta a 1974, fueron recuperadas en el año 2004. Tiradas por niños y niñas, las pequeñas carretas reproducen a la perfección las auténticas que hacen el camino del Rocío.

Este pasado lunes, al igual que el miércoles, fueron un total de siete las carretas que, precedidas por el pequeño Simpecado, partieron de la Plaza de España para recorrer algunas de las calles más céntricas de la localidad, acompañadas por los sones del tamboril, dejando de manifiesto la devoción de los pequeños romeros y su implicación con nuestras tradiciones.

Perfectamente ataviados para la ocasión, y ante la atenta mirada de sus familiares y vecinos, los niños y niñas acompañaron a su Simpecado tirando  de las pequeñas carretas por las calles del municipio.

Con esta entrañable actividad, organizada por el Grupo Joven de la Hermandad del Rocío de Gines, se pone de manifiesto que la continuidad de la tradición rociera en el municipio está más que asegurada