Triana

Triana es un barrio tradicional de la ciudad de Sevilla, ubicado junto al río Guadalquivir, a la otra orilla del núcleo histórico. Es considerado uno de los barrios más populares de la ciudad, por tener una identidad muy acentuada.Triana está situada en la orilla derecha del Guadalquivir, y al oeste del casco histórico de la ciudad antigua, se encuentra unido actualmente al centro de la ciudad por el Puente de Isabel II (conocido popularmente como puente de Triana) que atraviesa el río.

 En la misma orilla y colindante con Triana se encuentra el barrio de los Remedios.El primer origen de poblamientos en la zona, datan de la Edad Antigua, confirmado por el hallazgo de restos romanos.

Un incremento importante de la población de esa área, surge en época musulmana, organizado en torno al Castillo de San Jorge, construido en el siglo X. La importancia de este antiguo arrabal y guarda de la ciudad de Sevilla derivaba de su posición estratégica, junto al río Guadalquivir, como llave para las tierras de cereales, vid y olivo del Aljarafe, constituir el camino real hacia Huelva, sede del puerto comercial y última defensa de la ciudad antes de alcanzar sus murallas.

 

 No en vano el ejército de Fernando III el Santo, que se asentó en el vecino campo de Tablada, hubo de atacar y destruir el castillo de Triana y el puente de barcas, que auxiliaban desde extramuros a la población sitiada en la conquista de 1248. La construcción del puente de barcas, que fue el primitivo nexo de unión con la ciudad, en 1171, bajo el mandato del califa Abu Yacub Yusuf, supuso un importante incentivo al crecimiento urbano del entonces arrabal de la ciudad, al conectarlo con la ciudad y con la actividad portuaria. El lugar estaba entonces delimitado por una rambla que corría, por lo que hoy es la calle Pagés del Corro.Tras la conquista castellana, el castillo de San Jorge perteneció a la Orden de San Jorge, instalándose en él la primera parroquia de Triana. En 1481, bajo reinado de los Reyes Católicos, se convirtió en sede del Tribunal de la Inquisición hasta 1626, lo que contribuyó a la mejora del condición social media del barrio. En 1854 se construyó el puente de Isabel II, conocido popularmente como de Triana, que vino a sustituir al antiguo puente de barcas.Su cercanía al río también le ha supuesto algunos inconvenientes a lo largo de la historia, ya que desde antiguo sufrió importantes inundaciones, pues no contaba con ningún tipo de defensa y en su orilla la fuerza del río era muy intensa. Los refugios habituales de los habitantes, en caso de inundación, eran la iglesia de Santa Ana y el Castillo de San Jorge. Así destacan las inundaciones de 1435, 1440, 1545 y 1554, en estas dos últimas se arruinaron más de doscientas casas.Hasta que las obras y remodelaciones del cauce del Guadalquivir en la segunda mitad del siglo XX evitaron las crecidas. De estos sucesos tenemos constancia en crónicas, relatos orales, documentos gráficos e incluso en azulejos que señalan la altura a la que llegó el agua en determinadas calles.

Fue tradicionalmente un barrio de marineros, obreros, alfareros e industriales, famosa por sus toreros, cantaores y bailaores de flamenco. Contó desde tiempo inmemorial con una presencia significativa del pueblo Gitano o romaní, que se extendió hasta la expulsión de la Cava de los Gitanos por la presión inmobiliaria en la década de 1970, y estuvo casi siempre asociado a la herrería tradicional.

La vía más corriente de acceder hasta Triana, desde Sevilla, es a través del conocido como Puente de Triana, verdadera seña de identidad para los vecinos del barrio, fue construido entre 1845 y 1852 por los ingenieros Gustavo Steinacher y Ferdinand Bennetot, su denominación oficial es puente de Isabel II. Esta moderna construcción de hierro sustituyó al primitivo Puente de Barcas, está declarado Monumento Histórico Nacional desde 1976, tras superar un intento de demolición.Al desembocar en Triana, desde el puente, se llega a la Plaza del Altozano, verdadero centro de referencia del barrio, históricamente era el punto donde convergían los viajeros procedentes de San Juan de Aznalfarache, Tomares y Castilleja de la Cuesta, antes de atravesar el denominado puente de barcas, en dirección a Sevilla.

En la plaza destaca el edificio de la Farmacia Murillo, construido por el arquitecto regionalista José Espiau y Muñoz entre 1912 y 1914.Avanzando por el lado derecho y lindando con el puente se encuentra la Capilla del Carmen, obra del arquitecto Aníbal González, inaugurada en 1927 y que contiene un retablo de la Virgen del Carmen. Detrás de la capilla se encuentra el actual mercado de Triana, en cuyos bajos se encuentran los restos del Castillo de San Jorge. Este castillo fue sede de la Inquisición desde 1481, si bien su construcción inicial de época árabe, data de 1171. Afectado por el continuo abandono y sucesivas crecidas del Guadalquivir, en 1823 se instala en su solar el mercado, popularmente conocido como Plaza de Abastos. Con motivo de la exposición de 1992 y con el objetivo de modernizar el citado mercado, se demolió, saliendo a la luz los restos del castillo y de un cementerio almohade. Sin distanciarse mucho de la plaza del Altozano y bordeando el mercado se llega al Callejón de la Inquisición, ubicado en la confluencia de las calles Castilla, San Jorge y Callao, fue durante siglo y medio el único testimonio visible de la presencia del antiguo tribunal inquisitorial en Triana. Frente al callejón se encuentra Cerámica Santa Ana, sede de la fábrica y tienda de cerámica que tiene su origen en 1870, con su traslado al extrarradio de la ciudad, el edificio se convertirá en la futura sede del Museo de la cerámica de Sevilla. En la calle Castilla también se encuentra de interés la [iglesia de Nuestra Señora de la O], sede de la hermandad del mismo nombre, se trata de un templo construido entre los años 1697 y 1702.

Avanzando de frente desde el puente se abre la calle San Jacinto, antigua vía de comunicación con el Aljarafe, donde destaca la Iglesia de San Jacinto, perteneciente al antiguo Convento de San Jacinto, construido en 1676 para la Orden de los Dominicos, por el arquitecto Matías de Figueroa. Continuando por el recorrido de la plaza, de derecha a izquierda, se accede a la calle Pureza, donde como edificio más destacado se alberga la Iglesia de Santa Ana, esta iglesia parroquial que data del 1280, de estilo gótico-mudéjar, es la más antigua de Sevilla fue fundada por orden del rey Alfonso X. Tras el Terremoto de Lisboa de 1755 fue reconstruida parcialmente. En la misma calle Pureza se encuentra la Capilla de los Marineros, sede de la popular Hermandad de la Esperanza de Triana, que sale a la calle en procesión, en la Semana Santa, durante la madrugada del Viernes Santo.

Para finalizar la perspectiva de la plaza, a la izquierda de la misma, discurre de manera paralela al río, la calle Betis, nombre que hace referencia a la denominación latina del río Guadalquivir, y que aún conserva algunos de los muelles del siglo XIX, conocidas como zapatas, en la calle se encuentra la Casa de la Columnas, edificio que data de 1780 en el lugar que ocupó la antigua Universidad de Mareantes, institución encargada de la formación de marineros para las tripulaciones que partían hacía América, durante los siglos XVI y XVII, el inmueble ocupa dos plantas y se estructura alrededor de dos patios, presenta dos fachadas, una principal, de carácter neoclásico con grandes columnas toscanas, a la calle Pureza, y otra de carácter secundario a la calle Betis. Durante un tiempo se convirtió en patio de vecinos, albergando actualmente un centro cívico municipal. En la misma plaza del Altozano y antes de alcanzar la calle Betis se levanta la estatua del torero trianero Juan Belmonte, obra de Venancio Blanco, del año 1972, mira a Sevilla de costado desde la Plaza. A través de una oquedad, a la altura del pecho del torero, se puede contemplar al otro lado del río, la Maestranza, la Torre del Oro y la Giralda como si de un marco se tratara.Convento de las Mínimas, construido en torno a 1755 para la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula. Está situado en la calle Pagés del Corro.

Casa de los Mensaque familia de industriales de la cerámica, data de 1900, es una muestra de la obra de los grandes pintores de cerámica en esa época. Ubicada en la calle San Jacinto.

 La Cava. Larga avenida que cruza el «casco histórico» de Triana rotulada con el nombre de Calle Pagés del Corro. En realidad, la Cava, para muchos antiguo foso del Castillo de San Jorge, se divide en dos: Cava de los Gitanos y Cava de los Civiles. La primera, que discurre desde la Plaza de Cuba hasta la Iglesia de San Jacinto, recibe el nombre debido a que la mayoría de sus vecinos eran de etnia gitana. Desde la Iglesia de San Jacinto hasta las calles San Vicente de Paul y Clara de Jesús Montero tendríamos la Cava de los Civiles, apelativo que tal vez se refiera al antiguo cuartel de la Guardia Civil sito en dicha calle.

Corrales, patios o casas de vecinos Se deben destacar por su carácter arquitectónico y sociológico los denominados corrales y casas de vecinos establecidos en el barrio. Los corrales de vecino son patios en cuyo centro se solía levantar una fuente, alrededor y bordeando el patio se extienden varios corredores con puertas, que correspondían a las denominadas salas de cada vecino.Entre los existente en Triana destacan el corral de la calle Alfarería, número 85, que data del siglo XIX; la casa de vecinos de los números 8 y 10 de la misma calle, construido entre 1913 y 1914, obra del arquitecto José Espiau y Muñoz; la casa de vecinos del número 7 de la calle Castilla, (1907-1910), obra del arquitecto Simón Barris y Bes; la del número 88A de la misma calle, construida en 1918 por el arquitecto Ramón Balbuena y Huertas y el Corral Herrera en la calle Pages del Corro, construido en 1909, actualmente rehabilitado. Es remarcable como la presión inmobiliaria existente en los últimos años del siglo XX y en los principios del XXI han destruido una parte de este rico patrimonio arquitectónico.

 

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Triana_(Sevilla)

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