Un sector de vecinos del barrio del Arenal alertó ayer de la presencia de un grupo de indigentes «sin techo» a los que en los últimos días se les ha podido ver deambular por la parte trasera del antiguo mercado de abastos del Arenal, en la calle Genil, así como en la parte de atrás de las Naves del Barranco (calle Arjona) y los soportales del Teatro de la Maestranza.Así lo indicó a Europa Press el presidente de la asociación de vecinos «Torre del Oro», Antonio Fernández, que recordó un incidente sufrido por un joven de 26 años que en septiembre de 2009 fue agredido en los Jardines de la Caridad de la capital hispalense por un grupo de indigentes, y cuyo juicio ya se ha celebrado.Fernández, que ya elevó en Pleno por este motivo un requerimiento verbal de seguridad al Ayuntamiento, que ostenta la titularidad de los jardines tras cesión de la Diputación sevillana, indicó que el ente supramunicipal «se puso en contacto conmigo y expresó la conveniencia de que estos jardines fueran cuidados, bajo la posibilidad de revertir la cesión».
Aunque los jardines han sido limpiados y los indigentes han abandonado el lugar, éstos, en número de una media docena, aproximadamente, se establecieron en las inmediaciones del mercado.En este sentido, Fernández calificó de «vergüenza» que «justo al lado vayan a invertir millones de euros en las Atarazanas y en los jardines no se haga nada más allá de limpiezas puntuales».La asociación registró un escrito en el que se pedía al Ayuntamiento hispalense que tomara las medidas pertinentes para aumentar la seguridad en los jardines, en la calle Temprado, toda vez que la conservación y el mantenimiento de estos jardines es competencia municipal, según el convenio suscrito en su día entre la Diputación y el Consistorio.Por tanto, los residentes pidieron a la corporación local que resuelvan el estado de «inseguridad» y «abandono» en que se encuentran los Jardines de la Caridad, inaugurados en 2004 y que «ha sido paulatinamente abandonado hasta ser tomado por indigentes y drogadictos, llegándose a la situación de haber instalado en el recinto una tienda de campaña, que más bien parece una jungla».Ello hace que «los vecinos y visitantes foráneos no puedan disfrutar de uno de los pocos jardines del centro histórico de Sevilla», según mantiene el colectivo dirigido por Antonio Fernández.