Un tributo a Machado

Antonio Machado nació el 26 de julio de 1875 en el Palacio de las Dueñas. Sus progenitores no eran tan ricos como para ser dueños de todo el recinto (su padre era abogado y la familia de su madre tenía una confitería), pero sí lo suficientemente pudiente como para residir en una de las viviendas de este privilegiado inmueble. “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero”, escribió el poeta ya en su madurez, refiriéndose a la plazuela de la calle Dueñas, donde se le recuerda desde hace tiempo a través de un azulejo.

Pero este ‘homenaje’ se antojaba escaso, de ahí que el Ayuntamiento se haya propuesto realzar su figura de una manera mucho más explícita. Así las cosas, al margen de las obras de repavimentación que se están realizando en la plazoleta, está previsto que se instale un monumento en su honor, obra del artista Julio López. Dicho monumento se colocará sobre la fachada del palacio y estará compuesto por dos elementos que representarán, cada uno por su lado, el pasado y el presente.

El primero, un bajorrelieve, reproduce la famosa fotografía en la que aparece Antonio Machado en el café de las Salesas con un espejo detrás. Además, incorpora la figura de una lectora de la época que está concentrada en un libro del poeta. El segundo, que tiene que ver con la actualidad, se basa en una escultura corpórea cargada de simbolismo, pues intenta transmitir la eternidad de su obra, la cual nunca pasa de moda. Para darle un contexto más realista al grupo escultórico, la Gerencia de Urbanismo plantará en sus inmediaciones un limonero y un olivo, árboles muy recurrentes en los versos de Machado. 

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