El Museo Arqueológico de Sevilla no sólo encierra mucha historia en sus vitrinas, sino que también posee mucha historia por sí mismo. No en vano, para encontrar sus orígenes hay que remontarse a 1867, año en el que fue concebido para dar cabida a las numerosas obras de arte que habían sido expropiadas a los conventos durante las desamortizaciones, y a los valiosos hallazgos que se habían realizado tanto en la capital como en la provincia. En este segundo grupo se encontraban los restos de Itálica, los cuales fueron almacenados provisionalmente en El Alcázar hasta que el Museo Arqueológico tuvo su primera sede: el antiguo Convento de la Merced.
A su planta baja fueron trasladadas las 335 piezas que figuraban en el inventario original, conviviendo durante un tiempo con los lienzos del Museo de Pinturas, situado en la galería superior. El 21 de noviembre de 1879, el entonces llamado Museo de Antigüedades de Sevilla abrió sus puertas al público por primera vez tras haberse constituido formalmente bajo la presidencia de Manuel de Campos y Munilla. El grado de aceptación superó todas las expectativas, pues en su primer año recibió más de 12.000 visitas y dichas cifras motivaron a sus responsables, quienes se afanaron en aumentar la colección. Tanto es así que en 1904 se tuvieron que habilitar dos salas más, aunque el problema del espacio seguía estando presente.
No se solucionó hasta 1941, cuando el Ayuntamiento de Sevilla aprobó ceder el Pabellón de Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana, emplazado en la Plaza de América, y los fondos municipales que había reunido José Gestoso en la Torre de don Fadrique. Tras adecuar el edificio a su nueva funcionalidad, la nueva sede fue inaugurada el 25 de mayo de 1946, contando en ese momento con un total de ocho salas, una biblioteca y una dirección administrativa. Lejos de tocar techo, el museo siguió recibiendo piezas de gran valor de forma progresiva, hasta el punto de que en 1962 fue declarado Monumento Histórico Artístico. En el siguiente artículo desgranaremos qué hay en su interior y cómo está organizado.