Lección de valentía en el Tiro de Línea

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cautivoYa lo presagiaban los niños del primer tramo al colocarse sus capirotes antes incluso que la junta de gobierno tomara la decisión de salir. Un gesto entrañable que despertó el primero de los aplausos a la puerta de Santa Genoveva. No iban mal encaminados.Después de casi una hora de nervios e incertidumbre, el hermano mayor daba la mayor de las alegrías a los 1.600 nazarenos que aguardaban repartidos por las calles aledañas del templo donde forma la cofradía dada la gran extensión del cortejo: «Vamos a hacer estación de penitencia. Pero con cautela y siempre pendiente de las indicaciones de los diputados de tramo».

 

Las palabras levantaron el ánimo y un aplauso atronador que se escuchó en toda Sevilla.Y es que el efecto dominó que podía traer la decisión del Polígono de San Pablo de quedarse en casa ante el alto riego de lluvia (a primera hora de la mañana se habla de un 70% en las horas centrales del mediodía) y el recuerdo de la mala experiencia vivida en la salida del año pasado en Santa Genoveva, no dieron al traste con la salida de este año. Arriesgada y valiente donde las haya. Pues con lo mal que pintaba el cielo (de color panza de burra) y el aire que se levantó sobre la una y media, cualquiera ponía un paso en la calle. El Tiro de Línea lo hizo.La cofradía salió con bastante celeridad. En apenas unos minutos, a las dos de la tarde, Carlos Villanueva llamaba al paso del Cautivo, con un exorno floral muy cuidado: monte de claveles rosa grosella y friso de iris, rosas, jacintos y astromelias en tonalidades malvas.El Cautivo contó a la salida con una presidencia nueva: la formada por el banderín de la recién creada Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Cautivo, que se estrenaba en el Lunes Santo. La luz tenue del día besó con tibieza las andas del Señor, cuyos respiraderos salían con un nuevo dorado. A pie de rampa, el Cautivo se topó con dos macarenos de excepción: Jesús Borjabad y Eladio de León, en representación de la hermandad madrina de la Esperanza. Tras Él, numerosas madres del barrio seguían sus pasos por Romero de Torres y la avenida Almirante Topete.levantá por el polígono. A dos y media sonaba nuevamente el llamador en el interior de la parroquia. Ahora le tocaba el turno al palio. Carlos Villanueva cedió la salida a su sobrino Antonio, quien el año pasado trajo de vuelta a la Virgen de las Mercedes bajo un intenso aguacero que le cayó por el barrio: «Él [por Antonio] se mereció meterla, pero con la que estaba cayendo, lo hice yo. Ahora quiero que sea él quien la ponga en la calle. Entregarse más que conmigo», dijo en su arenga a los costaleros. Y así fue.El palio «voló al cielo del Tiro de Línea» (más bien llamado barrio de Nuestra Señora de las Mercedes) en una levantá dedicada a los hermanos del Polígono de San Pablo, «privados de hacer estación por la amenaza de lluvia». Eran las tres menos cuarto cuando el palio se colocó «de una palma», como se dice ahora entre los costaleros, en Almirante Topete. La Catedral aguardaba y el tiempo apremiaba. El Tiro del Línea daba una lección de valentía.

 

Fuente: http://www.elcorreoweb.es/semanasanta/lunessanto/121062/leccion/valentia/tiro/linea

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